Quien escucha a cualquiera de los dirigentes del régimen chavomadurista en sus intervenciones ante los distintos auditorios que se les ofrece, o que simplemente se cogen como lo hacen con los medios colectivos públicos, seguramente se preguntará “¿y esta gente en qué país viven? Y uno no sabe si de verdad se creen ellos su argumentación o si, por el contrario, se creen o están seguros que todos los venezolanos somos una cuerda de pendejos que nos tragamos sus repetidos embustes.
Y el discursito es repetido cínicamente a todos los niveles de la vocería gubernamental, del Presidente y del vicepresidente hacia abajo, incluyendo a la dirigencia psuvista donde destaca el nefasto personaje que por obra y gracia de la mediocrecracia que nos rige desde hace 17 años, con similar desfachatez en cada uno de ellos; porque quién aterrice con los dos pies no solo en este país sino en cualquier parte del planeta puede estar enterado de que los venezolanos se encuentran ante la peor crisis general de toda su historia, especialmente causada por la malversación y robo de los dineros de la nación.
De esta semana, además de la cansona verborrea presidencial que se nos pretende inyectar a diario mediante obligadas locuciones a través de los secuestrados medios de comunicación social, nos topamos con el discurso inocuo e irreal del vicepresidente Istúriz, quien compareció ante el organismo contralor que es la Asamblea Legislativa como el escolar que acude ante su jurado examinador sin haber estudiado y cargado de lugares comunes con los que pretenderá demostrar su falta sabiduría. Por eso, tomándolo así, el diputado José Guerra, quien sí vive en este planeta y en este país, se vio obligado a darle una pequeña lección.
Con toda la propiedad de persona que conoce los mecanismos de la inflación y los manejos de la moneda, el economista en función de parlamentario le desmontó a Isturiz el argumento tantas veces pregonado por los protagonistas de la debacle que sufre el país, de que una página en la web (Dólar Today) es la causante de la progresiva disminución del valor del bolívar; que es preciso entender dos realidades tan concretas como lo son el salario nominal y el salario real, es decir, lo que puede llegar a cobrar un trabajador y el poder adquisitivo verdadero de lo que devenga, y donde el gran culpable es el gobierno por la fabricación inorgánica del dinero que emite el Banco Central de Venezuela, así como la falsedad gubernamental de la mil veces pregonada guerra económica, que toda la pandilla chavomadurista repite sin cesar como loros.
Isturiz repitió el argumento que sin ningún rubor le quiere hacer creer el régimen a los venezolanos, según el cual la diminución de los precios petroleros en el mercado internacional es la causa por la que hoy no se dispone de divisas para que la nación adquiera los bienes y servicios que requiere del exterior, pero nunca responde a la pregunta que todo el mundo formula sobre por qué Venezuela es, entre todas las naciones cuyas economías dependen de ese producto, el único país petrolero arruinado después de haber obtenido astronómicas cifras, estimadas en más de dos billones de dólares en un lapso aproximado de 10 años. Claro, la respuesta verdadera nunca la darán, pese a que todo el mundo sabe, entre otras razones porque se trata de informaciones provenientes de su propia gente y las cuales apuntan con sus dedos a hechos dolosos: a través de Cadivi, entre otros mecanismos, gente vinculada al régimen se embolsilló gran parte de las divisas que ahora necesita el país, entre otras para adquirir alimentos y medicinas.
Por otra parte, personeros del régimen encabezados por el protagonista de la gran farsa relacionada con la presunta intención de Obama de atentar contra la soberanía patria, reeditan el libreto de la protesta popular contra algo que todo el mundo sabe, comenzando por ellos mismos, que se trata de un reclamo sin pié ni cabeza, porque está absolutamente claro que el objetivo de la decisión presidencial estadounidense está dirigida contra un grupete de funcionarios vinculados al gobierno venezolano que están involucrados en hechos considerados por las autoridades norteamericanas como delictivas, y que nada tiene que ver con atentado contra la soberanía de Venezuela que, de paso, si está amenazada con el desmesurado endeudamiento con el gobierno de China y la influencia del régimen castrista en las decisiones que acá se toman. Por cierto, ayer se anunciaba un nuevo viaje de Maduro a La Habana para recibir nuevas instrucciones. Y no conforme con la repetición de tal payasada, como en la anterior oportunidad, se intentó de nuevo tratar de involucrar a la nueva Asamblea en el ridículo reclamo. Pero muy distinto a lo ocurrido en el anterior parlamento, esta vez se le dijo: “Por aquí, se va pa´ San Diego”
Otro, entre muchos del régimen, que se empató también en una de inventos dirigidos a desacreditar a la oposición con argumentos bufos, es el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, quien asegura que existe saboteo de los “enemigos del gobierno” contra el sistema eléctrico, y presenta a personas fallecidas durante sus fallidos intentos. Claro, para su gente que se cree todas las falsedades del régimen se trata de una muestra de lo que serían capaces de hacer los malucos de la oposición; pero, para quienes si tenemos los pies sobre la tierra, porque somos terrícolas y de este domicilio venezolano, sabemos que se trata, simplemente, de los tradicionales chatarreros-robacables que siempre y muy lamentablemente han existido en el país desde que comenzó a asomarse la crisis económica que hoy golpea a todos y con mayor énfasis al sector marginado del país.