Brasil solicitará a Portugal la extradición de uno de los acusados de operar la red de corrupción en la petrolera brasileña Petrobras que estaba prófugo desde el año pasado y fue detenido hoy en el país europeo, informaron fuentes oficiales.
EFE
Se trata del empresario Raúl Schmidt Felipe Júnior, acusado de intermediar en los sobornos que eran dirigidos al entonces director del área internacional de Petrobras Jorge Zelada, informó el Ministerio Público Federal (Fiscalía) de Brasil en un comunicado.
La detención se produjo en una acción conjunta de autoridades brasileñas y portuguesas y en el desarrollo de la vigésima quinta fase de la “Lava Jato”, como es conocida la mayor operación contra la corrupción en la historia de Brasil y que investiga una gigantesca red que desvió, según la propia Petrobras, al menos 2.000 millones de dólares de la mayor empresa de Brasil.
La operación de hoy fue la primera de la Lava Jato ejecutada fuera de Brasil. La orden de arresto fue cumplida por agentes de la Policía Judiciaria y del Ministerio Público portugués.
De acuerdo con la Fiscalía brasileña, Brasil solicitará la extradición de Schmidt una vez concluyan todas las diligencias solicitadas a las autoridades portuguesas.
Además de la detención de Schmidt en Portugal, ya comunicada por las autoridades lusas a las brasileñas, la operación incluyó registros en inmuebles vinculados al acusado en Brasil.
Según la Fiscalía, el detenido, un brasileño con nacionalidad portuguesa y exfuncionario de Petrobras, residía en Londres, en donde es propietario de una galería de arte, y se trasladó a Portugal cuando la red de corruptelas en la estatal comenzó a ser desvelada, hace dos años exactamente.
Su arresto fue ordenado en julio de 2015 por el juez Sergio Moro, titular del decimotercer juzgado federal de la ciudad de Curitiba y responsable por la investigación de las corruptelas en Petrobras.
Schmidt fue representante de Petrobras en Angola entre 1994 y 1997 y desde 2007 actuaba como intermediario entre Petrobras y algunos de sus abastecedores en el exterior.
La Fiscalía lo acusa de haber cobrado sobornos a los clientes que querían adjudicarse contratos con la estatal brasileña y de haber transferido parte de esos recursos desviados tanto a Zelada, con quien tiene estrechos vínculos, como a otros dos directores de Petrobras también condenados: Renato Duque y Néstor Cerveró.
Según han establecido las autoridades brasileñas, una veintena de grandes contratistas de Petrobras montó un cartel para distribuirse los contratos con la petrolera y supervaloró los negocios realizados con la estatal por al menos una década.
Para garantizar los contratos distribuía sobornos entre varios de los directores de Petrobras y decenas de autoridades y políticos que amparaban las corruptelas.
El caso ya ha mandado a prisión a los directores de varias de las mayores constructoras de Brasil y ha salpicado a medio centenar de políticos de todos los partidos, principalmente oficialistas, entre los cuales los presidentes del Senado, Renán Calheiros, y de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.
El último blanco de la operación es el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, a quien la Fiscalía acusa de haber recibido favores de las empresas que se favorecieron de los desvíos en Petrobras.