En momentos de votaciones adversas al comunismo venezolano, las actuaciones como diputado por parte de Ramos Allup en defensa del cambio son las esperadas por el ciudadano común. El carabobeño asume responsablemente la vocería beligerante con apego a los códigos. Ramos se esfuerza en la defensa a ultranza de la Constitución exigiendo correctivos a burlas cometidas al texto regidor.
Conduce el Secretario General de AD sin aspavientos la iniciativa opositora por los derechos humanos dirigiendo hacia tal objetivo la perspectiva ley de amnistía de presos políticos y reconciliación, como por igual notifica redacciones legislativas para la producción nacional. Por las razones anteriormente indicadas es el representante de AD el dirigente de la transición, la cual se inicia en el parlamento y abarcará los basamentos para conducir poderes designados por el originario.
Su dilatada presencia en el Congreso y Asamblea Nacional como activo coordinador desde la fracción parlamentaria de la organización social demócrata, como por igual impulsor de la diversidad ideológica demócrata en recientes generaciones, le reconocen ser el dirigente a consultar por la mayoría organizada en aras de la paz ciudadana y la convivencia política.
Todos los venezolanos hablan del cambio y así lo manifestaron en la oportunidad decembrina. Para ello lograr se requiere andar el empedrado camino del anhelo republicano, ese espacio lleno de sorpresas y de impreciso resultado.
Mientras unos critican de manera vehemente al gobierno, los oficiales aseguran que Maduro no se irá, los corruptos continúan con sus fechorías y el hombre de a pie se mantiene en colas para adquirir alimentos; la transición de régimen está en marcha sin pausa.
La aguda y oportuna expresión intelectual indicada por adversarios en el parlamento se abrió paso entre vulgares frases oficiales explicativas acompañadas de estruendosas vociferaciones huecas de mensajes y soluciones; pero cargadas de amenazas expresas, o veladas con exposiciones de armas.
Las esperanzas del parroquiano están sustentadas por el devenir y el liderato le es reconocido a quien trabaja como ayer por el mañana que todos temen perder. Los trabajos de opinión están apegados a lo que el encuestador requirió y el consultado indica.
Expongo a continuación los resultados arrojados por la consulta popular realizada el mes de febrero por las empresas Hercon y Datanálisis vertidas al lector.
Para Hercon destaca: el 84% de los venezolanos considera negativa la acción gubernamental. Un 88% no tiene esperanza del modelo socialista. Los problemas prioritarios son: escasez de alimentos, medicinas, luego la inseguridad y tercero la inflación. De igual forma el 65% de los venezolanos considera que se debe salir constitucionalmente de Nicolás Maduro. El 74% votará por el abanderado de la oposición.
Para Datanalisis por las limitaciones de espacio les comento algunas interesantes nomenclaturas. El 90.9% considera muy mala la situación del país. Nicolás Maduro perdería el Referéndum Revocatorio.
Más de la mitad del padrón electoral votaría su partida adelantada. El 75% de los chavistas ven muy mal a Venezuela y culpan a Maduro. En cuanto a los políticos a seguir destaca Henry Ramos Allup 51% de los entrevistados, seguido por Leopoldo López 47.8%, y 47% Henrique Capriles Radonski. Al primero el pueblo reconoce su gestión, al resto de la lista su dirigencia.
Las declaraciones ofrecidas por Nicolás Maduro, afirmando haber recibido del Tribunal Supremo de Justicia una llamada para indicarle que el decreto de emergencia económica estaba vigente, es una clara manifestación del desprecio que el “paisa” siente por las instituciones del país.
El tiempo avizorado por el respeto a la libertad es un hecho. La conducta observada por los ciudadanos en cuanto a la oposición, llena las expectativas del votante, conforme afirman los requeridos.
Esto es acicate para los miembros de la Asamblea Nacional y cuerpos legislativos regionales, continuar en este proceso de vuelta a nivel de otros poderes subyacentes al originario, incluyendo el Poder Ejecutivo. Esta institución requiere deslastrarse del invasor por cualquier vía; Nicolás Maduro Moros perdió legitimidad.