Petróleos de Venezuela y la estatal petrolera de Bolivia cerraron su principal operación exploratoria en una región de la Amazonia boliviana donde sólo hallaron reservas en cantidades no comerciales después de 14 meses de trabajo. AP
La perforación del pozo Liquimini, 300 kilómetros al norte de La Paz, dio como resultado “la presencia de hidrocarburos en cantidades no comerciales” al haber alcanzado una profundidad de 4.562 metros, dijo el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) Guillermo Achá.
Agregó que seguirán los estudios tras verificarse en la zona “un sistema petrolero activo”, pero medios locales informaron que la maquinaria y el campamento están siendo evacuados.
Liquimini era la exploración petrolera más ambiciosa que emprendió Petroandina, una sociedad entre YPFB (60 y PDVSA (40%) creada en 2007 por influencia del entonces presidente venezolano Hugo Chávez en su empeño por expandir la influencia de la petrolera venezolana y apuntalar al gobierno de su aliado Evo Morales, que había asumido el poder un año antes.
El gobierno anunció que la inversión en ese pozo era de 55 millones de dólares con la expectativa de encontrar reservas estimadas en 50 millones de barriles de petróleo y poco más de un trillón de pies cúbicos de gas.
Morales tenía cifradas sus esperanzas en Liquimini porque marcaría el camino para más perforaciones en la Amazonia, una zona donde nunca antes se exploraron hidrocarburos. Además, se esperaba hallar principalmente petróleo, que es escaso en la producción nacional.
El gas natural es la mayor riqueza exportable de Bolivia, pero los pozos están en declinación. Bolivia no logró encontrar yacimientos importantes desde los años noventa para reponer las reservas que se exportan principalmente a Brasil y Argentina.
Para reforzar la exploración, Morales aprobó el año pasado una ley cuestionada por ambientalistas que permite la búsqueda de hidrocarburos en reservas naturales protegidas. Dos empresas chinas emprenderán estudios sísmicos en la Amazonia y provocarán miles de detonaciones con explosivos, según denunciaron los activistas.
La nacionalización de los hidrocarburos decretada por Morales en 2006 permitió al país quintuplicar sus ingresos. Incluso con la baja del precio del petróleo las exportaciones de gas significaron 44,6% del total exportado el año pasado. Pero las inversiones privadas en exploración han sido bajas.
Entre las empresas que operan en Bolivia están Repsol, la brasileña Petrobras, la franco belga TotalFinaElf, la británica British Gas, la argentina Pluspetrol y más recientemente la rusa Gazprom.