Los suicidas islamistas que atacaron el aeropuerto de Bruselas impidieron que el taxista que los trasladó tocara las maletas llenas con explosivos que portaban, y se mantuvieron en silencio durante todo el trayecto en auto hasta la terminal aérea, reportó el jueves el diario belga DH.
Brahim El Bakraoui y otros dos hombres sospechosos de perpetrar el ataque del martes viajaron desde el distrito capitalino de Schaerbeek hasta el aeropuerto de Bruselas.
Los atentados suicidas coordinados en una estación de metro -donde participó el hermano de El Bakraoui, Khalid- y en el aeropuerto causaron la muerte de al menos 31 personas y dejaron unos 270 heridos.
Un hombre con sombrero y chaqueta de tonos claros sí conversó con el taxista, refiriéndose a su enojo con Estados Unidos y a que no estaba de acuerdo con las acciones del Gobierno norteamericano, sostuvo DH.
Un sospechoso con una chaqueta crema y un sombrero negro salió corriendo del aeropuerto antes de que explotara una bomba en una valija en el área de embarques, luego de que expertos lograran despejar la zona para detonar el explosivo sin provocar víctimas, dijeron los fiscales. El hombre, filmado junto a los otros dos atacantes, está siendo buscado por la policía.
DH dijo que el conductor del taxi olió amoníaco durante el trayecto y que cuando dejó a los hombres en el aeropuerto notó que sus valijas contenían rastros de un polvo blanco. Al enterarse de las explosiones mientras transportaba a su siguiente pasajero, acudió inmediatamente a la policía, sostuvo el reporte.
El miércoles, DH reportó que un error de la compañía de servicios de taxis llevó a que se enviara un auto pequeño a recoger a los extremistas, en lugar de la minivan que habían solicitado, por lo que tuvieron que dejar una de las valijas que querían trasladar. Más tarde, la policía encontró una bomba con clavos en un apartamento de Schaerbeek.