William Anseume: Díganle al esquivo de Adolfo Pérez Esquivel

William Anseume: Díganle al esquivo de Adolfo Pérez Esquivel

thumbnailWilliamAnseumeTe envío esta comunicación, Pérez Esquivel, por interpuesta persona o medio, hoy cuando en Argentina tienden algunos a no olvidar el “Día Nacional de la Memoria  por la Verdad y la Justicia”. Lo hago en espera, además, de lo que le van, o le vas a decir, justo hoy, al presidente de los EEUU, Barack Obama, quien, como se aprecia evidentemente, no decidió aplazar su viaje a Buenos Aires como tú le “sugeriste” en tu más o menos desdichada carta a él, carta   pública que hoy motiva el hecho de que  yo te escriba. Sé que esta comunicación por alguna vía te llegará, eso espero, realmente.

Imposible desconocer tus esfuerzos y logros durante años en materia de Derechos Humanos en la Argentina y América Latina. Eso merece un profundo respeto por mi parte, por la de los venezolanos que siempre confraternizamos de cerca con los hermanos argentinos (a pesar de su manifiesta pedantería, echonería, decimos por acá, que critica brillantemente nuestro José Ignacio Cabrujas, aun cuando le dedica a Gardel El día que me quieras),  así como también mereces el respeto de América Latina y el mundo que te otorgó en su momento un Premio Nobel, sin duda muy bien dado. Allí el respeto. Pero, voy a tu carta malhadada en varios aspectos.

Indudablemente Obama ha podido y debido, puede y debe, hacer mucho más por los Derechos Humanos en su país y fuera de él. Esta gira tal vez esté más relacionada con eso de lo que percibes: Cuba y Argentina, en la actualidad gobiernos de extremos opuestos en la ideología política de “nuestra América”. Y aquí, a su paso, Venezuela. Me detendré en nuestro caso para no extender injustamente esta comunicación.





Señalas en tu misiva a Obama que Mauricio Macri desconoce la realidad venezolana. Y mira, pienso que quien la desconoce más eres tú, de allí lo esquivo que te veo. Perdóname el juego con tu segundo apellido, viejo. Planteas que Venezuela tiene una Ley especial para prevenir y sancionar la tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes. Sí, ¿y qué con eso? También tiene una Constitución que señala en el papel la defensa y protección de los Derechos Humanos y también es firmante de varios tratados internacionales que la Constitución nuestra indica que son ley en nuestro país. ¿Es que nos vamos a dejar llevar ahora por muñequitos o barquitos del papel? No es como te lo pintan o como de lejos  crees que ves. En Venezuela la justicia tiene inclinadísima hacia el gobierno su comprada balanza, su aterrorizada balanza.

Revisa bien, con detención, con interesado entusiasmo, el caso Venezuela, donde por cierto no hay una oficina de tu Serpaj, tal vez porque cuando lo crearon y aquí había una IV República el tema de los Derechos Humanos en Venezuela no era crítico ni pútrido como ha sido estos años de la V.  Si de verdad actúas y quieres seguirlo haciendo, no lo dudo,  en “la defensa de los derechos humanos y de los pueblos” estás obligado a investigar de cerca  el caso de Venezuela y a pronunciarte muy pronto. Eso a la par de no tratar de interferir con las estupendas acciones de Macri, de Obama y de tu coterráneo Papa en ese sentido de ponerle coto pronto a la situación de extrema delicadeza que padecemos los venezolanos, especial, pero no únicamente en los casos de muerte, de tortura, de prisión, de exilio, de persecución, de límites a la libertad de expresión, que nuestro país padece como una maligna plaga inacabable, bíblica se diría por estas fechas.

Si es legítimo, y, repito, no lo dudo, tu “compromiso con quienes tienen hambre y sed de justicia para garantizar la plena vigencia de los derechos de las personas y de los pueblos, de ayer y hoy”, explora el caso venezolano, porque te lo están vendiendo mal, y conste que entiendo tu posición ideológica. Pregúntale al Papa.  ¿Sabes de la prisión de Leopoldo López, de Antonio Ledezma, de Ceballos, de tantos y tantos otros? ¿Sabes de la existencia de un sitio llamado La Tumba? ¿Sabes de los muertos de febrero 2014 por protestar? ¿Sabes de los estudiantes todavía presos por alzar la voz? ¿Sabes de los cierres de canales de televisión, de la crisis de los medios informativos porque no les permiten acceder a papel para el periódico? ¿Sabes qué de Venezuela? ¿Has visto las colas para conseguir alimento donde la gente se mata o muere por comer? ¿Has visto que no hay medicamentos para la sobrevivencia? ¿O tú crees en una guerra económica promovida por el Imperio mismo? No vale.

En Venezuela caben perfectas tus palabras cuando te refieres a la problemática que sufrió Argentina en los años setenta: “… la instauración de un terrorismo de estado que sometió a nuestro pueblo a la persecución, la tortura, la muerte y las desapariciones para quitarle su derecho a la libertad, independencia y la soberanía”.

No creas, Pérez Esquivel, en papelitos aguantadores de todo, ni en la sola palabra sesgada de tus compañeros ideológicos latinoamericanos. Sé serio. Bájale dos, como dicen los malandros, quienes realmente detentan el poder en Venezuela y las armas más letales, constata la realidad y habla, habla Pérez Esquivel porque tu voz es poderosa y puede seguirlo siendo si, como los periodistas audaces y verificadores de lo que dicen, ves y escuchas el otro lado, aunque sea de soslayo. No ensucies tu valiosa palabra, cuídala que a todos nos interesa. Espero que te luzcas en este “Día nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia” en el parque homónimo de la querida Buenos Aires y digas allí, hoy, algo que se parezca más a la verdad, si no tendrás tiempo, indudablemente, de resarcirte. Eso espero.

[email protected]