Miles de militares irlandeses desfilaron el domingo en Dublín para conmemorar el centenario de la sangrienta “insurrección de Pascua” de 1916, una rebelión armada contra la autoridad británica que condujo a la independencia del país en 1922.
“Es muy emocionante. Estaba aquí en 1966 para marcar el 50º aniversario y gracias a Dios todavía sigo en vida”, confió a la AFP Patrick Morrison, de 72 años, que vino de Estados Unidos con su hijo y su nieto para asistir a las ceremonias, las más importantes de la historia del país.
“Es el acontecimiento que nos brindó las libertades que tenemos hoy, es un momento crucial de la historia”, estimó por su parte James Connolly Heron, el nieto de 66 años de uno de los líderes de la insurrección, James Connolly.
El levantamiento, tras el cual proclamaron la República de Irlanda el lunes de Pascua de 1916, fue conmemorado con un desfile de 4,4 km que recorrió la capital ante cientos de miles de espectadores. Cerca de 4.000 militares, policías y miembros de los servicios de rescate participaron en el acto.
A las 09H30 GMT, tuvo lugar una primera ceremonia de Estado, en presencia del presidente Michael Higgins y del primer ministro interino, Enda Kenny, en la antigua cárcel de Kilmainham donde 14 de los 16 líderes de la rebelión fueron ejecutados. Tras un minuto de silencio, el presidente depositó unas flores.
“Es importante rendir homenaje, en este año del centenario, a todos los que perdieron la vida durante (la insurrección de) la Pascua de 1916”, declaró Enda Kenny.
Un oficial del ejército leyó la proclama de los rebeldes de 1916, en la que se declaraba “el derecho del pueblo de Irlanda a poseer Irlanda”.
– Una república “inacabada” –
Cerca de 5.000 descendientes de los rebeldes de 1916 fueron invitados al desfile, que fue retransmitido en pantallas gigantes por toda la ciudad.
El alzamiento comenzó el 24 de abril de 1916, cuando más de 1.000 personas tomaron posiciones claves del centro de Dublín, como el Palacio de Justicia o la estación de tren.
Londres, tras verse superado por los acontecimientos en un primer momento, envió refuerzos y bombardeó la ciudad, obligando a los rebeldes a abandonar su cuartel general. Los insurgentes se rindieron el 29 de abril.
Unos 500 rebeldes murieron, miles fueron detenidos y los 16 líderes de la rebelión ejecutados, lo que provocó una indignación popular y un cambio en la opinión popular irlandesa a favor de la independencia.
Menos de seis años después, Reino Unido aceptó la creación de una nación independiente, pero sin la parte noreste de la isla, la provincia de Irlanda del Norte, que permaneció bajo soberanía británica.
El levantamiento “dio a la gente la valentía de creer que podíamos aspirar a una independencia total”, explicó Eamon O’Cuiv, jefe adjunto del partido político Fianna Fail y nieto de Eamon de Valera, partícipe de la rebelión.
En esta isla en la que la violencia política y religiosa está lejos de ser sólo un recuerdo, las celebraciones levantaron polémica, sobre todo por la forma de conmemorar este alzamiento violento.
Las ceremonias rindieron homenaje tanto a los soldados británicos como a los civiles y a los rebeldes muertos durante los seis días de insurrección. El gobierno había hecho hincapié en la necesidad de “incluir” a todos en las celebraciones.
Lo que no fue del agrado de todo el mundo. “Vamos a conmemorar a todos los que murieron, pero deberíamos conmemorar (solamente) a los que murieron por la libertad de Irlanda”, señaló James Connolly Heron.
Irlanda conmemora este centenario con un gobierno interino, ya que las elecciones legislativas del mes pasado no otorgaron a ningún partido la mayoría para formar gobierno. Varios partidos anunciaron sin embargo que se unirán para emprender cambios radicales en el funcionamiento del parlamento.
Para Micheal Mac Donncha, un historiador republicano y consejero del partido de izquierda nacionalista Sinn Fein, la prioridad es hacer perdurar una promesa hecha durante la proclamación de la república, hace 100 años: crear una república de “igualdad de derechos y oportunidades para todos los ciudadanos”.
“La verdadera república que se quiso lograr en 1916 no ha sido alcanzada, está inacabada”, estimó.
AFP