El Tribunal Supremo de Brasil pidió hoy a la Policía y a la Fiscalía que investigue las “amenazas, coacciones y violencias” sufridas por algunos de sus magistrados y derivadas de las recientes decisiones tomadas por esta corte en el marco de la crisis que atraviesa el país.
EFE
El presidente del Supremo, Ricardo Lewandowski, afirmó en un comunicado que las protestas contra los jueces “exceden el mero inconformismo” de la población y adquieren características delictivas que están penadas con “sanciones de elevado rigor”.
Un grupo de manifestantes hizo una protesta la semana pasada frente al domicilio del magistrado Teori Zavascki en Porto Alegre, capital de Río Grande do Sul (sur), después de que ese juez determinara que el proceso abierto contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se juzgue en el Supremo.
Los manifestantes colocaron en la puerta del edificio del magistrado del Supremo un letrero en el que se le llamaba “traidor”.
El presidente del Supremo mantuvo contactos con autoridades del área para solicitar que este tipo de actos sean “cohibidos, reprimidos y prevenidos” y que se tomen medidas legales contra los “responsables directos e indirectos”.
Del mismo modo, aseguró que los magistrados de la corte suprema “no se dejarán afectar” por este tipo de coacciones y continuarán desempeñando sus funciones “sin temor, con independencia e imparcialidad”.
Los magistrados del Supremo tienen en sus manos la decisión sobre si se acepta o niega el nombramiento de Lula como ministro de la Presidencia en el Ejecutivo de Dilma Rousseff, que en este momento está en suspenso de forma cautelar por orden judicial.
La corte también es responsable de los procesos abiertos contra decenas de políticos aforados que son investigados en el marco del gran caso de corrupción que tiene en su eje a la petrolera Petrobras.