Conocimos a Américo de Grazia en la difícil trinchera de la minoría opositora en el pasado período legislativo, compartiendo iniciativas, ideas y esfuerzos también signados por el riesgo personal. Por ejemplo, fue víctima de una despiadada golpiza en el hemiciclo, en medio de la trifulca que el oficialismo produjo en una tristemente célebre sesión en la asomó todas las fauces de su intolerancia, sin que mucho se supiera porque – sencillamente – debió inmediatamente acudir a una emergencia hospitalaria, en lugar de la rueda de prensa que los hechos generaron.
Diligente diputado y extraordinario como sensato orador, ganó las primarias para abanderar la plataforma unitaria y, luego, el circuito electoral muy a pesar del complot de todos los nefastos intereses que tienen a los guayaneses por rehenes. Ha denunciado con el coraje que lo caracteriza, la matanza de Tumeremo, por lo que ha recibido innumerables amenazas de muerte.
El régimen, presunto heredero de los defensores de los derechos humanos en la década de los sesenta del XX, valga el contraste, forzado al reconocimiento de la matanza que procura administrar con desatino, lo ataca sin misericordia. Es fácil deducir cuál hubiese sido la conducta gubernamental de haber confrontado la muerte de Alberto Lovera en los sesenta o la matanza de El Amparo en los ochenta, negándolas para combatir cualquier debate escenificado en la opinión pública o en el parlamento, a través de su fórmula predilecta: la persecución, la censura y el bloqueo informativo. Otro ejemplo, un libro como “Expediente negro” de José Vicente Rangel, sería impensable en el presente.
Américo representa al parlamentario que la ciudadanía exige para las circunstancias que urgen de una transición democrática, constituyéndose en su garante. Cierto, no hace falta una personal y expresa nota de solidaridad, pero – inquietud que estaba en el fondo del tintero de bytes – sí es necesario dejar constancia casi notarial del compromiso que siente Vente Venezuela, en particular, con Américo de Grazia.
@LuisBarraganJ