El enfrentamiento entre el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la fracción parlamentaria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) atenta contra la activación de una salida institucional a la crisis económica y social que azota a Venezuela.
El bloqueo a las iniciativas parlamentarias como las Leyes de Referendo, Amnistía, Producción Nacional, reforma a la del Banco Central de Venezuela y a la del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), lejos de favorecer el diálogo entre el Gobierno y la oposición fomenta la polarización y el enfrentamiento.
“En tiempos de transición, el factor que detenta el poder tiene resistencia al cambio y a la pérdida de privilegios, sobre todo en gobiernos que han durado mucho tiempo como el Bolivariano”, explicó Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).
Dijo que el Gobierno “dejará que la oposición actúe para que no haya cambios sustanciales. No se anularán leyes inocuas sino las que más levantan polémicas o las que impliquen la transformación del modelo político actual. El pulso entre los sectores enfrentados se va profundizar”.
Obstáculos legales
En la historia reciente del continente se han presentado casos de cómo gobiernos que no se habían caracterizado por presentar credenciales democráticas han bloqueado a iniciativas de opositores comprometidos con el cambio.
“A finales de los años 90 había gran presión para que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México dejara el poder que detentó más de 70 años, “hubo mucha resistencia a hacer modificaciones en las instituciones. El PRI cedió a la presión nacional e internacional y facilitó una salida institucional a una crisis política que condujo a la llegada del conservador Vicente Fox, del Partido de Acción Nacional a la presidencia. El mandatario saliente, Ernesto Zedillo fue facilitador en este proceso”.
El paso de una dictadura de 17 años a la democracia también fue recordado por el politólogo Benigno Alarcón. Es el caso de Chile en la etapa post Pinochet.
“Ese régimen fue manejado con mano de hierro por militares, pero el trabajo político de la oposición, el desgaste del gobierno y el deseo del pueblo impusieron el cambio. Hay procesos indetenibles que pueden tardar meses o años, todo depende de las circunstancias”, sostuvo el analista.
Recordó que en la dictadura de Pinochet también hubo un rechazo y bloqueos a la oposición,“además de la silla presidencial, los militares no querían perder privilegios e inmunidad pues muchos estaban incursos en delitos en contra de los derechos humanos que nunca prescriben”.
Otro caso emblemático fue la entrega del mando presidencial del Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional, de Nicaragua, a la viuda de un líder de la oposición asesinado. Fue en 1990 cuando Violeta Barrios de Chamorro se juramentó presidenta del país centroamericano, luego de una campaña electoral llena de obstáculos y con pocos recursos. De nuevo, la persistencia de líderes de la oposición y la conexión con un pueblo que exigía cambios desmanteló un supra poder como el de los Sandinistas.
– ¿Cómo destrabar la situación de Venezuela? Pareciera que no hay alternativas si sigue el bloqueo del TSJ a la AN.
– En estos procesos hay negociaciones entre los actores políticos enfrentados. De mayor o menor intensidad y a veces son charlas muy reservadas. Pienso que en Venezuela está pasando esto y sólo se sabrá cuando el cambio sea inminente. La AN debe seguir haciendo su trabajo y proponer y aprobar leyes; hay que seguir abriendo espacios democráticos en una situación compleja desde el punto de vista institucional. Hay un gobierno que no cede y que controla poderes esenciales como el Tribunal Supremo de Justicia”.