El colapso eléctrico también amenaza a la revolución bolivariana. La crisis es de tal calibre que Nicolás Maduro ha decretado que los viernes no sean laborables durante abril y mayo, “así que tendremos fines de semana largos”. La medida de ahorro energético, criticada de inmediato por la oposición, es la de mayor calado dentro de un paquete para “atender la emergencia eléctrica” ocasionada por el fenómeno climatológico de El Niño, con sequías que afectan a buena parte de América Latina.
El nivel de agua ha descendido estrepitosamente en los embalses del país, en especial en el Guri, uno de los mayores del mundo y que abastece a un país que depende de la energía hidroeléctrica. “Los especialistas han dicho que estamos a punto de entrar en el punto de no retorno”, advirtió el primer mandatario.
El Guri roza los 243 metros, muy cerca del nivel mínimo de 240 metros. Maduro eligió un escenario muy especial para anunciar las medidas: en el Cuartel de la Montaña, donde se exhiben los restos de Hugo Chávez, y codo con codo con Diosdado Cabello, el jefe militar de la revolución. Ambos dirigentes incluso blandieron al unísono el mazo del ex presidente de la Asamblea, con el que golpea de forma figurada a la oposición.
“Aquí no vale el odio, la revancha y la diatriba pequeña. Aquí tiene que ser una sola Venezuela para enfrentar este fenómeno extremo del Niño incrementado por el cambio climático”, explicó el ‘hijo de Chávez’, quien además reclamó la máxima conciencia nacional para acatar estas decisiones.
El Gobierno revolucionario puso al frente de la crisis a un estado mayor militar, que hasta ahora ha sido incapaz de paliar una crisis eléctrica que ya cumple ocho años, pero que hoy vive momentos críticos. La otra medida de mayor envergadura ordena a los grandes usuarios (centros comerciales, empresas) a que amplíen la autogeneración de las cuatro horas actuales hasta nueve.
Ejército e inspectores vigilarán para que sea cumplida. De esta forma, las empresas de mayor consumo deberán usar sus plantas eléctricas para frenar la demanda. También las industrias básicas están obligadas a reducir un 20% su consumo de energía.
El presidente también adelantó que su administración profundizará en la sustitución de bombillas incandescentes por ahorradores, algo que se ha realizado antes sin éxito. “Vamos a aprovechar que la semana pasada inauguré una fábrica de bombillas en Miranda”, añadió tras asegurar que ya ha entregado tres millones de bombillas.
“Para resolver el caos eléctrico, el genio de Miraflores extiende del disparate de los días no laborables. Para revolver plenamente que extienda por 365 días”, ironizó Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea, tras conocer las medidas. “La ‘vagocracia’ ataca de nuevo”, criticó Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la Unidad Democrática.
Medidas ineficientes e irresponsables, coincidieron la mayoría de los dirigentes opositores y los expertos económicos. Las iniciativas tomadas hasta el momento, como las vacaciones obligatorias durante la Semana Santa o la dieta eléctrica impuesta a los centros comerciales, no han servido para paliar una crisis provocada por la desinversión en el sector desde la llegada de Hugo Chávez al poder y la posterior ineficacia y corrupción de los planes energéticos. La emergencia eléctrica se suma al listado de las plagas cuasibíblicas que sufre Venezuela.
El miércoles se supo de forma extraoficial que la inflación de marzo alcanzó 16,2 puntos, por lo que los precios subieron un total de 57% durante los tres primeros meses del año. Venezuela lidera el ránking mundial de la inflación, muy por delante de Sudán, cuyos precios subieron un 37% en todo el año. La escasez de alimentos y medicinas y el desabastecimiento de productos básicos se mantienen en parecidos niveles al 2015, cuando el PIB del país decreció 5,7% por segundo año consecutivo. La crisis económica se suma a la política y a la de inseguridad, que azota al país con mayor número de homicidios del planeta.
Durante la presentación de su plan de ahorro energético, Maduro hizo especial énfasis en los secadores de pelo. “Yo sé que esto lo pueden manipular porque la secadora eléctrica ya es de uso general para la mujer”, señaló antes de recomendar “usarla a medio uso. La secadora de ropa y los mecanismos de exigencia de la secadora de pelos son fuertes y altos consumidores, así como la plancha. Hay que crear conciencia de ello”.
Maduro se atrevió a ir más allá, con parecido tono paternalista al empleado durante años por Chávez y por el propio Fidel Castro, con sus históricas campañas de las ollas arroceras o de los electrodomésticos chinos: “Yo siempre creo que una mujer se ve más bonita cuando se peina con los dedos y cuando, de manera natural, deja su cabello secar. Es una idea que yo tengo y que les aporto a las mujeres”.