Lapatilla
El toque de diana es un sonido o toque militar que se da al amanecer para hacer que los soldados se levanten de la cama. En estos últimos años, el partido de gobierno en ese afán irracional por militarizar la conducta de una sociedad con profundas raíces civilistas y de una inquebrantable vocación democrática, ha convertido ese sonido marcial en la marca de inicio de cualquier evento que es tratado de hacerlo ver como si de una una campaña guerrerista se tratara.
Ya se nos ha hecho costumbre que el inicio de jornada electoral, a los simpatizantes del oficialismo se le avise al rayar el alba, con dicho toque que es hora de “tomar posiciones” y de salir a librar la “batalla” de turno.
Sin embargo para la mayoría de los venezolanos, ese levantarse con los primeros rayos del sol, se nos ha convertido en un sacrificado e insonoro toque de diana, que nos recuerda dolorosa y cotidianamente las necesidades y penurias por las que estamos atravesando.
Es un imperceptible pero estridente recordatorio de que hay que madrugar para llegar de primeros a las colas de supermercados, mercales y abastos para intentar conseguir los escasos alimentos a los que hay acceso en los mismos. Doloroso porque ese levantarse muy temprano, aparte de someternos a la humillación de casi andar mendicantes y en peregrinación para conseguir los productos básicos para la subsistencia de nuestras familias, nos recuerda indefectiblemente que debemos gastarnos lo que nos ganamos en seis meses y medio de trabajo para hacer el mercado de un mes y lo mas tenebroso, que nos exponemos al otro flagelo que abate diariamente a muchos venezolanos de bien y que ha sido imposible de reducir para este gobierno, el hampa sin freno.
Lo cierto es que la crisis se ha convertido en un toque de diana, que un gobierno al que dejo de preocuparle el bienestar de su pueblo y solo dedica sus esfuerzos a mantenerse en el poder a cualquier costo, hace retumbar a diario en la mente y los corazones de todos los ciudadanos de la generosa pero maltratada Venezuela, que no consiguen comida, ni medicamentos, ni salud, ni educación, ni seguridad, ni calidad de vida.
Es difícil de digerir para una inmensa mayoría que el 6 de diciembre pasado expreso a través de su voto la voluntad de cambiar los derroteros del país hacia el camino del progreso, como se trata de torcer su voluntad, desde el poder a través de la amenaza y la coacción usando los mecanismos mas perversos ejercidos desde unos poderes carentes de autonomía.
Que bueno seria para todos los venezolanos que un día escuchásemos muy temprano el toque de diana pero para convocarnos al dialogo nacional, a poner fin a la confrontación y al discurso altisonante, insultante y gavillero, a permitir que los presos políticos puedan regresar al seno de sus familias, a sentarnos, sin necesidad de abandonar posturas o colores políticos a buscar los puntos de encuentro que pongan inicio al fin de esta crisis que nos esta matando a unos de mengua y a otros por la violencia sin sentido, porque a la final todos somos venezolanos y de nosotros depende que nuestras generaciones por venir vivan en una patria de progreso y bienestar o una tierra yerma y arrasada.
@freddyspaz