El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, realizó hoy una histórica visita al Parque de la Paz de la ciudad japonesa de Hiroshima, en lo que supone la primera vez que un alto cargo de Washington homenajea a víctimas del bombardeo atómico estadounidense.
Junto a Kerry también han acudido al lugar por vez primera los cancilleres de Reino Unido y Francia, otras dos potencias nucleares, así como los titulares de Japón, Canadá, Alemania e Italia, en el marco de la reunión de Exteriores del G7 que se celebra en esta ciudad.
Los ministros visitaron el Museo y el Parque de la Paz de Hiroshima e hicieron una ofrenda floral en el cenotafio, donde están inscritos los nombres de las más de 250.000 víctimas que dejó el primer bombardeo atómico de la historia, ejecutado por aviones estadounidenses el 6 de agosto de 1945.
A su salida del museo, los cancilleres fueron recibidos por una multitud de escolares nipones que agitaban banderas de todos los países participantes, y a continuación subieron al sobrio monumento dedicado a los fallecidos, cuya forma cóncava sobresale en medio del parque.
Los ministros, con Kerry y su homólogo nipón, Fumio Kishida, en el centro, depositaron coronas de flores ante el cenotafio y la Llama de la Paz, y posaron ante las cámaras ataviados con collares hechos con grullas de papel en honor a Sadako Sazaki, niña que tras morir de leucemia se convirtió en el símbolo del horror atómico.
Kerry no hizo la reverencia ante el monumento tal y como establece el protocolo japonés, al contrario que Kishida, originario de Hiroshima, y que otros de los ministros participantes, quienes sí se inclinaron en señal de respeto.
Antes de la visita, el secretario de Estado de EE.UU. destacó la importancia de este homenaje para estrechar la alianza entre Tokio y Washington y reforzar su cooperación, según señalaron fuentes diplomáticas.
Por su parte, el titular británico de exteriores, Philip Hammond, señaló que el acto de hoy “supone el reconocimiento y la afirmación de nuestra responsabilidad para evitar la guerra en el futuro, y nuestro compromiso para hallar soluciones pacíficas a los problemas”, en declaraciones recogidas por la agencia japonesa de noticias Kyodo.
Tras su visita al Parque de la Paz, los cancilleres tienen previsto adoptar una resolución conjunta que sería llamada “Declaración de Hiroshima”, destinada a “enviar un mensaje contundente para lograr un mundo libre de armas atómicas”, según dijo en la víspera el ministro nipón de Exteriores, Fumio Kishida.
Japón, el único país que ha sido objeto de un ataque atómico, quiere aprovechar así su presidencia de turno del G7 para dar un nuevo impulso al movimiento internacional por el desarme nuclear.
El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos ejecutó su primer ataque atómico en Hiroshima, y el 9 del mismo mes lanzó un segundo artefacto nuclear sobre ciudad de Nagasaki, lo que forzó la capitulación de Japón seis días después y puso fin a la II Guerra Mundial.
Las bombas atómicas lanzadas en estas dos ciudades japonesas acabaron en el acto con la vida de 80.000 personas en Hiroshima y de 74.000 en Nagasaki, pero las víctimas mortales aumentaron por decenas de miles durante los años posteriores debido a los efectos de la radiación. EFE