El 18 de mayo de 2000, hace 16 años, El Universal publico esta columna con el título “Mensaje a la Fuerza Armada”. La reproduzco. Hoy tiene mayor vigencia que entonces:
“Ojalá y encuentre palabras para expresar la gravedad del momento que vive Venezuela. Con la excepción de Cuba es difícil encontrar otra nación, en este continente, que haya atravesado por una situación como la actual. Me dirijo a ustedes, militares venezolanos de cualquier rango, porque las nuevas realidades impiden ser indiferentes ante lo que ocurre. Lo que presenciamos no es una lucha entre partidos por el poder para cumplir con programas previamente debatidos. Estos no existen en el debate actual y aquellos desaparecieron. Ante nuestros ojos se ejecuta un proyecto tenebroso, marxista y fascistoide, tropicalizado con un bolivarianismo ramplón propio de los ignorantes y dirigido por magalómanos perversos.
“Presenciamos la destrucción calculada del aparato productivo del país para eliminar el poder del sector privado de la economía y lograr que nada sirva de contrapeso a la acción del Estado; la multiplicación de la pobreza y la desesperación de los humildes quienes sólo tendrán a los gobernantes como refugio y esperanza; la quiebra moral de periodistas y medios de comunicación; la más espantosa corrupción del último medio siglo de historia en todos los poderes del Estado, bajo una sola jefatura, cuestionable y cuestionada hasta por quienes hasta ayer fueron sus mejores amigos e íntimos colaboradores. En síntesis, Venezuela está dividida, empobrecida, humillada, reducida a su más mínima expresión. Traicionada en las profundas raíces de su nacionalidad, es decir, en su verdadera razón de ser. Gobernada por títeres tan hiperquinéticos como ineficientes hasta en la ejecución de un proyecto al servicio de intereses extraños.
“Todo el mundo sabe que no existe Estado de Derecho. Que la Constitución actual no es respetada ni respetable. Que la megaelección del 28 de mayo tiene un piso fraudulento que le resta legitimidad. Y, también, que el clima de confrontación generado calculadamente por el Presidente, no tiene salida electoral dentro de la formalidad democrática. Ustedes saben que estamos siendo invadidos por miles de cubanos que trabajan en labores de inteligencia política, asesoría militar y organización social, ingresados legal e ilegalmente. Tienen que saber, además, que al lado de los supuesto médicos llegados cuando la tragedia de diciembre, muchos de ellos ejerciendo ilegalmente y en contra de todo respeto por nuestros profesionales de la salud, están los llamados “brigadistas”, metidos de cabeza en los barrios más pobres y en la caliente frontera colombo-venezolana- Me resisto a creer que no tengan noticias sobre la multiplicidad de arsenales estratégicamente camuflados en todo el territorio nacional, de la creciente actividad de efectivos militares regulares actuando como irregulares y de la estrecha colaboración con la guerrilla colombiana, especialmente con el cartel de las FARC y, en menor medida con el ELN.
“No es un secreto para nadie en el mundo, aunque aquí muchos no lo quieran creer, que la capital de la subversión continental se desplazó de la Habana hacia Caracas, política y económicamente.
“Esto es apenas parte de eso que llaman el “proceso”. Entre otros tiene dos ingredientes adicionales. Uno es la división de la Iglesia Católica, la descalificación del Episcopado y la creación artificial de una iglesia disidente, de los pobres. Otro es definitivo: la destrucción de la Fuerza Armada Nacional. Una milicia con dirección única, ideologizada, politizada y convertida en el verdadero partido del Presidente. La Armada y la Fuerza Aérea serán unidades de apoyo a ese ejército de tierra que tendrá, además, su propia policía en una Guardia Nacionalde naturaleza distinta. El esquema está listo. La purga será profunda en todos los terrenos. Nadie puede refugiarse en el estricto marco del trabajo formal. La neutralidad es un crimen. La indiferencia, una traición”.
Nos acercamos al desenlace. General Padrino, su responsabilidad es enorme e inevitable.
@osalpaz