Cientos de representantes de organizaciones civiles de América Latina, Europa y Estados Unidos abrieron este miércoles en Honduras un encuentro internacional para exigir justicia por el asesinato de la ambientalista Berta Cáceres y defender los territorios indígenas.
AFP
Unas 500 personas participaron en la apertura del “Encuentro Internacional de los Pueblos Berta Cáceres Vive”, en un gimnasio de la capital, convocado ante la impunidad que persiste en el asesinato de la coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) el pasado 3 de marzo.
El encuentro “es para canalizar la solidaridad internacional ante el asesinato de mi mami para que se escuche que hay una demanda de justicia en todo el mundo”, dijo a la AFP Berta Zúniga, hija de la asesinada Berta Cáceres, quien integra la mesa principal del evento.
Los organizadores esperan que durante los tres días del encuentro intervengan 400 representantes de movimientos sociales internacionales y 1.100 de Honduras.
“En el encuentro también se construirán estrategias en contra del modelo extractivista y despojo de territorios de las comunidades indígenas”, agregó el comité organizador en un comunicado.
Miriam Miranda, dirigente de la etnia garífuna de Honduras, dijo a la AFP que “lo que pasa en Honduras, donde las transnacionales quieren despojar de sus territorios a las comunidades, pasa en otros países latinoamericanos y se quiere articular un movimiento de lucha conjunta”.
“Esperamos que aquí se afiance la solidaridad internacional que permita hacer frente a estos proyectos de muerte (mineros y energéticos) porque hay muchas comunidades en pie de lucha y hay que definir una lucha conjunta”, subrayó.
En el encuentro, los participantes se organizarán en mesas que trabajarán durante dos días en temas como el pensamiento y la práctica de Berta Cáceres, militarización y extractivismo, y derechos de las mujeres.
El viernes concluye la jornada con una caravana hacia el río Gualcarque, departamento de Santa Bárbara, 200 km al noroeste de la capital, donde Cáceres libró una lucha con indígenas lencas contra la construcción de una represa hidroeléctrica.