La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo el miércoles que está decidida a “luchar hasta el último minuto del segundo tiempo” para salvar su mandato, amenazado por un juicio de destitución en el Congreso.
AFP
En una entrevista con varios grandes medios brasileños, la mandataria, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), anunció además que en caso de salir airosa de la votación del próximo domingo en la Cámara de Diputados propondrá “un pacto” a todas las fuerzas políticas, en el cual no habrá “vencedores ni vencidos”.
Rousseff, de 68 años, denuncia como un “golpe de Estado” el proceso de impeachment impulsado por la oposición, que la acusa de manipular las cuentas públicas en 2014, el año de su reelección, y en 2015.
Importantes aliados del PT anunciaron esta semana que votarían a favor de su destitución, que requiere la aprobación de dos tercios de la cámara baja (342 de los 513 diputados) y luego de la mitad del Senado. En ese caso, Rousseff sería reemplazada por su vicepresidente, el centrista Michel Temer.
Pero a la exguerrillera que desafió a sus torturadores durante el régimen militar (1964-85) no parece impresionarle el juego duro y no está dispuesta a dar el brazo a torcer.
“El gobierno luchará hasta el último minuto del segundo tiempo por algo que creemos factible, que es derrotar a esta tentativa de golpe que están intentando hacernos con un informe que es un fraude”, declaró, en referencia al documento aprobado por una comisión parlamentaria que recomienda abrirle un juicio de destitución.
Rousseff no descartó interponer un recurso judicial ante la corte suprema, en caso de que la moción de impeachment sea aprobada por los diputados.
“No garantizo que no lo hagamos. No sabemos si lo haremos, y si lo hacemos, en qué momento”, afirmó.