Se supone que el agua debe ser incolora, inodora e insípida pero el líquido de color verde que llega por las tuberías a hogares de la Gran Valencia, no tiene ninguno de estos requisitos.
Beatriz Rojas / El Carabobeño
Un buen número de carabobeños se queja no solo por el color sino también por el mal olor que emana de ella. El agua dejó de ser apta para el consumo humano, higiene personal o preparación de alimentos.
Los ciudadanos se han visto obligados a darle otro uso que no ponga en riesgo su salud. Es decir, utilizan el agua para limpiar los pisos de las casas, asear los baños y regar las plantas.
“A veces uno siente que si se baña sale más sucio”, comentó Rafael Pimentel, quien añadió que al abrir el grifo las habitaciones se inundan de un gran hedor, por lo general a heces fecales.
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