El periodista preso y, editor 6to Poder, dedicó un polémico editorial en Periscope, donde advirtió que está por reventar un escándalo con el dueño de un medio de comunicación y el esposo de a ex Tesorera Nacional, Claudia Díaz. NP
García, hizo un recuento de la trayectoria de Luisa Ortega Diaz, y acusó a la Fiscalía General de la República de participar en el esquema de saqueo ideado por Alejandro Andrade y Claudia Diaz, cuyo operador cambiario era el actual dueño de Globovision.
“Doctora, Ortega, la reto públicamente que me niegue que usted es casi socia de Guarapiche, hágalo, digame que no lo conoce”
García vinculó a alias “Guarapiche”, ex escolta de Chávez que aparece en el escándalo de Panama, con Luisa Ortega Diaz, recordándole que él y ella se conocieron a raiz de un informe que Pedro Luis Martin y Lina ron hicieron contra Ortega dirigido al Presidente y que cayó en manos del entonces edecán.
La Tesorería General de la Nación, que presidía Claudia Díaz, operadora según García del accionista de Globovisión y Seguros La Vitalicia, y a su vez ficha directa del teniente Andrade, apoyada en la necesidad del Estado de cumplir compromisos de deuda externa, solicita al Banco Central de Venezuela las divisas correspondientes para saldar tal compromiso mediante certificados en dólares que eran ofrecidos por corredores internacionales a la Tesorería de la nación.
Al aprobar el Banco Central de Venezuela tal certificación en dólares, exige el equivalente en bolívares fuertes, a tasa preferencial, es decir, 6,30, más una prima como garantía. Una vez culminado este paso, el BCV liquida los dólares en la cuenta de un banco en el exterior del corredor internacional que hizo la solicitud. Liquidado el monto, el mismo es negociado entre los operadores financieros venezolanos con compañías o “clientes” de su entera confianza, transacción que se realiza en los hoteles y centros comerciales más lujosos de Caracas.
Una vez contactados los clientes, el operador que negocia los dólares vende las divisas en el mercado paralelo venezolano a una tasa mucho mayor a la que fue obtenida, lo que deja jugosas ganancias cuyo equivalente es depositado en una cuenta “fantasma” en el banco venezolano BanPlus.
Concretado esto, el banco internacional en cuestión dispara los dólares ofertados a los respectivos clientes. El banco local paga el certificado en dólares al BCV y el remanente, resultado de vender a una tasa de cambio mucho mayor, es negociado entre los protagonistas de esta transacción.