Sartre “La justicia se defiende con la razón y no con las armas”. – “No se pierde nada con la paz y puede perderse todo con la guerra.” Juan XXIII
No me pongo a cantar sino a deleitar la canción Linda Barinas, “Yo traigo un grito llanero/ que me nació del “te quiero”/ para cantarte Barinas”, a propósito de la “movida de mata judicial” que generaron engreídos funcionarios al tocarle los intereses de un connotado empresario cercano al gobierno, tanto del que se fue para el más allá como del que está más allá que de acá; defenestración forzada peor que la ocurrida en Praga el 23 de mayo de 1618, sobre la cual hemos hecho varias entregas con la esperanza de que no sea un simple desenchufar a unos para enchufar a otros de la misma calaña, porque es bien sabido, que por estos lares como en cualquier otro, los sátrapas rojos, más aún los del Poder Judicial en Barinas, se pagan y se dan el vuelto.
Dije lo anterior, porque ahora la puja es por ocupar los cargos, los puestos como dicen vulgarmente, de aquellos a quienes echaron con los rabos entre las piernas por andar valiéndose de sus investiduras para perjudicar a cuanto cristiano se convirtiera en el motivo de sus antojos y apetencias desmedidas de lucro de la función pública. Perdonen mi crudeza, pero así mismo es, como me comentó un conocido Juez, sin pretensión alguna de escurrirse el bulto, a quien llamaré “El Negrito Fernández”, remoquete que le viene del apellido de una Jueza que en otra época se dedicaba a quehaceres judiciales poco trasparentes con él. “El Negrito Fernández”, asiduo comensal de restaurantes de La Caramuca, nos aseguró “que nadie discute ni puede cerrar sus ojos a la realidad que estamos viviendo por el clima de inseguridad generalizado en todo el estado Barinas, como resultado de la impunidad generada entre maleantes de todo tipo por los cuadres de jueces y fiscales, también de funcionarios policiales y efectivos militares. Como diría cualquier entendido en materia comercial, la OLP no ha traído seguridad sino tremendas oportunidades de negocios, de enriquecimiento, para lo operadores de justicia. No te rías si te digo que prácticamente se ha implementado un tabulador para atender todos los casos que se presenten, pero sobre todo para que no haya mal entendidos a la hora de sacar las cuentas entre todos los que toman parte en esos cuadres”.
Como en el Macondo de Gabriel García Márquez, el realismo mágico nos desborda con su carga de contrariedad en una materia como la judicial, devenida en la administración de justicia en una vulgar plataforma de enriquecimiento ilícito de los mal llamados operadores de justicia, cuya influencia para lograr tan funesto cometido se ha ido extendiendo a funcionarios de otras ramas como se evidencio en el caso de los carros que le tumbaron al empresario que terminó por sacarlos de este juego que no termina con la razzia recientemente efectuada. De allí que los barineses vean la inseguridad como algo indetenible, pues cada día se incrementa gracias a los mismos operadores de justicia, vemos todo tipo de asaltos, robos, secuestros y pare de contar, pero como el Poder Judicial está corrompido, al punto de favorecer los actos delictivos por el afán de lucro desmedido, pareciera no existir esperanza de que esta situación mejore, menos cuando las investigaciones de casos como los denunciados en anteriores entregas no se investigan a fondo ni se aplican los correctivos necesarios, porque la parecer todos andan en lo mismo, como aparentemente está sucediendo en la Fiscalía Superior de Barinas, donde, según “El Negrito Fernández”, “unos fiscales que deshonraron sus funciones, como se lo dijeron a cada uno de ellos al momento en que se les despojó de sus carnets, no perderán más que su trabajo, porque las dos fiscales nacionales que siguen este caso, no han mostrado mayor interés en las investigaciones, pues, son más los funcionarios en funciones implicados que los destituidos y como entre bomberos no se pisan las mangueras, dejaran enfriar el tema”. Coincidiendo “El Negrito Fernández” con una declaración del doctor Jesús Ramos Reyes (http://www.laprensadebarinas.com.ve/news/noticiaunica.php?id=82828) en un medio local, en la cual sostuvo que al caso de los llamados ex fiscales, a quienes se les investiga por los delitos de extralimitación de funciones para provecho personal y apropiación indebida, entre otros delitos, algunos jueces que operan en Circuito Judicial Penal de Barinas quieren echarle tierrita, porque temen que también puedan venir por ellos esas mafias judiciales que se instalaron en esta linda tierra del llano venezolano, en caso de tocar intereses ocultos generadores de guisos que daremos a conocer oportunamente.
Que nuestro poder judicial se corrompió, ya es una “verdad de Perogrullo”, es tan sabido y conocido que resulta tonto decirlo, pero hay que decirlo porque al parecer las marramuncias judiciales se le aplicarían sólo a los llamados pendejos, porque cuando afectan interese de grandes capitostes vean lo que pasó. Es formato mercantilista de la justicia, generador de impunidad y desdén por la ley, es un formato justiciero producto de la corrupción propiciada por el gobierno nacional, tal y como lo reveló la diputada a la Asamblea Nacional por el estado Zulia, Nora Bracho en declaraciones dadas en Globovisión (https://www.youtube.com/watch?v=AEKb0qdUNyk), en donde expresó el descontento ante la vulgar corrupción del Gobierno Nacional; y ante la declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional por parte del Tribunal Supremo de Justicia, la Diputada no pudo más que expresar que Venezuela tiene el gobierno más corrupto de la historia, permitiéndose el lujo de tomar decisiones como esa sin tener argumentos pero si suficiente dinero para comprar voluntades que se presten para tamaña atrocidad, no en balde proceden jueces y fiscales en Barinas cuando los delincuentes les compran sus voluntades para seguir haciendo de las suyas. Además señaló que el presidente parece olvidar que la Asamblea Nacional está puesta ahí por el pueblo, a diferencia del Poder Judicial, pero la realidad es que esta revolución está llena de malandros pero no todo los podemos meter en un saco, allí también hay personas decorosas y honestas, cada día menos, pero las hay. Lo triste de toda esta situación, es que ahora cuando invocamos justicia, ella nos conduce a un concepto meramente ilusorio. Juzgamos según unos cánones que distan de adecuarse a la naturaleza, llena de preferencias, lealtades basadas en lo pecuniario, inclinaciones inexplicables. Pero la realidad, como nos expresa “El Negrito Fernández” es que ahora se invoca al guiso en menoscabo de la justicia