La sequía que azota al Caroní no es la responsable directa del descenso del embalse de Guri. La vertiginosa caída en los niveles del agua tiene su origen en la mala administración del recurso y la sobreexplotación de la central hidroeléctrica en una búsqueda por esconder los déficits de generación térmica del país, publica Correo del Caroní.
En 2010, cuando se decretó la crisis y se anunciaron medidas extraordinarias de recorte al país, se aprobaron recursos con la excusa de equilibrar la balanza de la generación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) hacia la termoelectricidad y así no depender de las centrales hídricas en épocas de estiaje.
Seis años han transcurrido desde entonces. 60 mil millones de dólares fueron aprobados para atender la crisis y el peso de la generación de energía (GWh) sigue estando en las centrales de generación hidroeléctrica como la Simón Bolívar (Guri), ubicada en Bolívar.
El gerente de generación de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), Miguel Romero, durante una entrevista con el canal internacional Telesur el pasado 29 de marzo admitía que el 60% de la energía del país era generada por las hidroeléctricas, y el 40% por las térmicas, teniendo disponibles en este último sector sólo 6.500 megavatios, de los 17.600 instalados, para los cuales destinaron 40 mil millones de dólares.
Es decir, Corpoelec admite que sólo el 37% de la termoelectricidad puede suministrarse al país. La hidroelectricidad por su parte tiene instalados 16.900 megavatios, de ellos disponibles 10 mil, equivalente al 57%.
El ingeniero José Aguilar, especialista y consultor internacional, advierte que las declaraciones de Romero revelan una realidad negligente, “8 mil 100 megavatios de los 17.600 instalados en el sector térmico están en condición cero”, es decir, no pueden ser incorporados.
Eso dejaría apenas 9 mil 500 megavatios que pudiesen ser operarios, “pero por limitaciones de mantenimiento, apenas pueden generar, y no con mucha confiabilidad, 6 mil 500 megavatios”.
Indolencia eléctrica
La reciente investigación de Aguilar revela que de haber estado los 9.500 megavatios disponibles por termoelectricidad apenas menos de la mitad de los megavatios instalados en el país en condición disponible desde el inicio de la sequía, hace poco menos de dos años (mayo 2014) hasta la fecha, el embalse de Guri estaría en la cota 268 metros sobre el nivel del mar, y no rozando la cota 243 a la que amaneza con llegar esta semana. Son 24 metros más de agua que evitarían los racionamientos a los cuales son sometidos los venezolanos a diario sin previo aviso.
Para el ingeniero, quien desde 2009 ha estado investigando el SEN, es “inaceptable que se siga sometiendo a la población al abuso eléctrico”, por no haber tomado a tiempo las medidas indicadas de cara a la sequía que sabían se acercaba.
Corpoelec cuenta con modelos predictivos que permiten hacer cálculos a futuro (con treinta y dos meses de capacidad pronosticadora) y a través de estos, planificar la administración de los embalses con base en los períodos hidrológicos, sean favorables o no. Así se ha hecho durante más de 50 años de estudios de la cuenca del Caroní, la que suministra el agua a las centrales Guri, Caruachi y Macagua.
Tantos desaciertos por parte de Corpoelec y el Ministerio de Energía Eléctrica permiten deducir que no se trata de un hecho aislado, sino de un acto negligente que ha conducido al país a la desenergización, o limitación de su demanda, un hecho que marca la ya deteriorada calidad de vida y contribuye a la destrucción del aparato productivo nacional en el presente y a futuro.
– ¿El manejo errado de la crisis es deliberado?
– La lógica pareciera indicar que así lo es, en especial el día de hoy (miércoles) eso cobra mucha fuerza porque el ex ministro de electricidad, Héctor Navarro, fue a la Asamblea Nacional y declaró que en el 2013 el gobierno sabía que iba a venir el fenómeno deEl Niño y eso es condenatorio de Jesse Chacón y Nicolás Maduro.
Esto revela lo que hemos dicho antes, que hay un modelo predictivo que permite prevenir, que en un momento se usó para su beneficio económico, y que esta vez lo intentaron también pero el Caroní les jugó una mala pasada así como el precio del barril de petróleo. Por eso han desenergizado al país, lo que podría resultar en un retroceso de diez años en materia energética, de resultar la hidrología del año 2016 por debajo del promedio histórico.
– ¿Qué significa desenergizar el país?
– Estrangularle su demanda eléctrica, es decir limitar la demanda (consumo).
– ¿En qué se traduce eso?
– El país no tiene suficiente energía ni potencia para enfrentar la demanda y dar calidad de vida a los ciudadanos y el normal desenvolvimiento de la industria y el comercio. Si la limitación es más allá de lo razonable, entonces no hay ahorro energético, lo que hay es un daño, muy cuantioso a la nación por el poderío de la electricidad que se encuentra incrustada en todo el ámbito de la vida nacional.
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