Padrino López escala la guerra psicológica que como único argumento se cocina en los cogollos del régimen, que fracasado como está, lo que le queda es alarmar a los ciudadanos venezolanos que en largas colas sufren el vejamen del peor régimen que ha conducido el gobierno de esta sociedad. Se adorna Padrino López informando que se inicia un proceso de formación de Fuerzas de Acciones Especiales, pero que además, se deben acercar espacios militares e instrumental de guerra a la Milicia. Es decir, admite el reemplazo y sustitución del hoy componente armado venezolano por un sin sentido en la historia militar venezolana como lo es la creación de la Milicia Nacional Bolivariana.
Padrino López pasa, entonces, a la historia política y militar venezolana como el peón de un régimen político fracasado, marxista, anacrónico y primitivo que se aferra a un poder, que no es el poder político por cuanto le fue denegado el 6D con la decisión electoral de la mayoría de los venezolanos. Mayoría de venezolanos que hizo uso de su gen democrático y que Padrino López no entiende, y se le hace cuesta arriba entender que la mayoría de los venezolanos aspira a la democracia. Por lo tanto, Padrino López se equivoca y compromete de una manera burda a una institución que poco a poco dejó de serlo para convertirse en el partido político en armas con el apoyo y anuencia de la Cúpula Militar Sumisa y Claudicante.
Padrino López, peón de un régimen que se ocupa de enrarecer el ambiente político real y crear o aumentar la pérdida de confianza en el ciudadano debido a la falta de resoluciones del gobierno, intenta desconocer con sus declaraciones absurdas y aberrantes las intenciones democráticas del venezolano. Con su declaración plantea, casi de manera subliminal, la posibilidad de que Venezuela como Estado-Nación se acerque a la violencia política. Seguramente no tiene claro quien detenta circunstancialmente el Ministerio de la Defensa del Estado venezolano y jefatura del Comando Estratégico Operacional, que la violencia política constituye la más dolorosa expresión de un cuerpo societal y que todo líder, como primera responsabilidad, debe evitarla y contenerla.
Las declaraciones de Padrino López para aumentar la desconfianza existencial corrosiva que existe en el país ya han comenzado a generar mediante la actitud crítica y la protesta prevista en la Constitución, una respuesta ciudadana. Esa respuesta ciudadana ante un General Ministro de espalda a la Constitución constituye el gran desafío del gen democrático del venezolano, una prueba a su cultura política pero además, una comprensión de la grave coyuntura histórica que vive Venezuela después del 6D. Coyuntura histórica en la cual el desespero y la alienación por el poder por parte del régimen conduce a que actores no políticos se vistan de antipolíticos y accionen la antipolítica.
Antipolíticos para plantear la violencia como vía de solución a un hecho categórico consagrado el 6D en el cual se decidió el cambio político de un régimen que no pudo y no puede imponer a los repúblicos la lógica vertical y por mandato que alguna vez aprendieron equivocadamente unos militares expertos en golpe de Estado. Golpistas que pretenden ser agentes de cambio social sin tener idea de la política estando de espalda a la Historia y sin conocimiento de los tres grandes discursos que constituyen la realidad sociopolítica del venezolano en el siglo XXI. Antipolíticos, golpistas, ignorantes en el arte y ciencia de la política fracasaron y fracasarán en su propósito de alarmar por la vía comunicacional a los demócratas venezolanos.
Padrino López en su función de comunicación como partido político en armas en hiato con Nicolás Maduro resumen una vergonzosa conducta política, como último escalón de la guerra psicológica a la cual se abrazan frente al crecimiento exponencial del rechazo de la mayoría de los venezolanos. Una mayoría que cree que Venezuela puede perfectamente abordar un cambio de poder de manera civilizada. Ya se informó previamente, en correspondencia con la ciencia de la sociología militar, considerando las condiciones necesarias y suficientes, pero además priorizando la enorme ingobernabilidad del militar como consecuencia de la existencia y funcionamiento de los comisarios políticos, delatores y caporales a lo interno del cuerpo armado que no habría ninguna posibilidad de un golpe de Estado.
Sí Padrino López, sujeto político, responsable por el partido político en armas, declara un golpe de Estado en desarrollo enmascarado o no, tendrá que responderles desde ya como Ministro de la Defensa a todos los venezolanos quiénes son los responsables del golpe de Estado. Padrino López está obligado a conocer, al igual que Nicolás Maduro, el contenido de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y es responsable por lo previsto en su artículo 3, en cuanto a garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional. Padrino López tendrá que aclararle a la República si él está en capacidad de cumplir o no con esta disposición.
Padrino López en algún momento, más tarde que temprano, tendrá que pedirle perdón a la sociedad venezolana y probablemente a la región y al mundo, por haber acometido este acto doloso que enerva al cuerpo societal, que habla de una angustia y miedo como resulta de su declaración pero además, como una expresión de su incapacidad frente a la meta-incertidumbre que crea cuando adjunta la inseguridad a la falta de protección y a la falta de certeza por un interés de una aparente Cúpula Militar Claudicante, que se niega a comprender el tránsito político que vive la República y que conducirá necesariamente, aún frente a este absurdo proceder, a un cambio político categórico.
Es auténtico,
Dr. José Machillanda
Director CEPPRO