Para entender el fenómeno de la anomia social conectado a la realidad venezolana es significativo comprender y hacer aprehensión de los referentes teóricos y moverse dentro de las visiones de los Sociólogos Parsons y Merton. Parsons concibe la anomia como “desorganización social”, y pone énfasis además en sus “correlatos psicológicos”, esto es, un estado de inseguridad generalizada que se expresa en un alto grado de ansiedad y agresión que afecta a los individuos. “Tal vez puede caracterizarse más sencillamente la anomia como el estado en que un gran número de individuos carece en grado considerable de la especia de integración con las pautas institucionales estables que es esencial para su propia estabilidad personal y para el funcionamiento sin tropiezos del sistema social organizado.
Robert Merton quien en su obra Social Theory and Social Structure publicada en 1957 sostiene que la anomia es producto de la fragmentación de la estructura cultural de la sociedad. Debido a la transformación de la sociedad y al paso de una tradicional a otra moderna, se ha producido la desorganización de las normas culturales, con un desfase entre los objetivos establecidos como legítimos y los medios considerados como tales para alcanzarlos jugando, en dicho proceso, un papel trascendente las variables socioeconómicas. A lo largo de su vida y a partir de la socialización, los individuos van aprendiendo qué fines son los que como miembro de su sociedad debe alcanzar y qué medios son legítimos para hacerlo. Por diversas situaciones, sin embargo, se puede generar una desorganización cultural donde los individuos se encuentren atrapados en la imposibilidad de alcanzar los fines ideales ante la verificación de la falta de herramientas necesarias para hacerlo. Como consecuencia de ello, y ante el sentimiento de frustración que ello les genera, se fomenta en los individuos la búsqueda de alternativas para tratar de reducir dicho sentimiento, ya sea a través del establecimiento de nuevos fines o de nuevas formas para alcanzar los definidos por la sociedad. Esta situación es consecuencia de cambios sociales y se presenta a nivel individual y no grupal, social.
En nuestro contexto, la anomia social es un fenómeno que se manifiesta a diario en el estado anímico y en el comportamiento social del grupo afectado, los venezolanos. Es la respuesta a la desesperanza, ausencia de fe y a las desigualdades políticas, sociales y económicas; conectadas de manera directa a la corrupción, al nepotismo, a la injusticia. En otras palabras, la anomia social ha transfigurado el carácter social de los venezolanos y le ha origina modelos de conducta con ciertas complejidades que se producen en la ideología dominante y se imponen desde el gobierno central y sus instituciones.
Mientras la oposición aún continua trazando algunos de sus diversos objetivos, el gobierno estratégicamente potencia el fenómeno de la anomia y apunta hacia lo mediático para continuar su plan de la psicología inversa, además, contando aún con algunas fortalezas relativas (TSJ), su desafío permanente es y será reflotar su agotada revolución. Para nadie es un secreto que la mayoría de los venezolanos viven un eterno estrés, desanimados, agobiados por la crisis económica, social, valores, obstinados de los discursos oficialistas apuntalados donde lo malo es bueno y lo bueno es lo malo.
En síntesis, la anomia social se articula a la visión sesgada del gobierno Maduro cuyo desarrollo depende de aprovechar en su favor lo “legal”, controlar a su antojo lo económico, los proyectos sociales, los proyectos de salud, los proyectos de educación… del todo sobre sus partes. El gobierno mantiene sus estrategias y tácticas bien orientadas hacia una estabilización que le permitiera mantenerse en el gobierno nacional por un poco más de tiempo. No obstante, es revelador vincular las estrategias y tácticas de Maduro con la potenciación del fenómeno de la anomia socia como una de sus últimas esperanzas para no perder el legado de Chávez.
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