Es un secreto a voces. La MUD está fracturada. Ya lo dijo públicamente Chúo Torrealba. Julio Borges está muy molesto porque considera que él debe ser el Presidente de la Asamblea Nacional y no Ramos Allup. Después de todo –dice Borges– Primero Justicia fue el partido con mayor votación el 6D.
También se sabe que el referendo revocatorio fue una imposición de Primero Justicia a la Unidad. Es la herramienta que tiene el partido para recolectar fondos y construir la maquinaria necesaria para que Henrique Capriles se imponga como candidato, una vez Maduro sea revocado. Mientras tanto, Leopoldo López, principal competidor de Capriles, seguirá preso e imposibilitado de hacer campaña electoral.
Pero el revocatorio tiene dos problemas: Primero, muy seguramente no se activará este año, porque el TSJ y el CNE pondrán todo tipo de trabas. Y si se lleva a cabo en el 2017, entonces no habrá elecciones, sino que asumirá el vicepresidente. Segundo, el pueblo venezolano no aguanta hasta diciembre. Tiene hambre, sufre por escasez de medicinas, por la inflación, por la inseguridad y por la ruina de los servicios públicos. Una explosión social está a la vuelta de la esquina.
La Asamblea Nacional podría remover a Maduro esta misma semana, aplicando el Decreto Gramcko; pero no lo hace porque Julio Borges jamás permitirá que Henry Ramos se llene de gloria; y porque, más importante todavía, no hay candidato único de oposición para unas elecciones que se realizarían 30 días después. Otro gallo cantaría si hubiera un líder con la talla de Rómulo Betancourt.
Estas negligencias y divisiones dentro de la MUD, que la incapacitan para manejar una transición, conducirán inexorablemente a un golpe de Estado; porque Maduro ya no garantiza el futuro de la revolución bolivariana, ni la continuidad de sus privilegios.
Paradójicamente, por no aplicar el Decreto Gramcko, Henry Ramos Allup será el responsable de su peor pesadilla: una intervención militar. Y Primero Justicia, víctima de su propia miopía y mezquindad, se quedará sin el chivo y sin el mecate.
Esta tragedia puede impedirse. La MUD debe dejar a un lado sus divisiones y asumir con valentía el mandato recibido por el pueblo el 6D. Deben prepararse para una transición inminente, escoger ya a un candidato presidencial de consenso, tener a la mano un programa de gobierno de emergencia, y destituir a Maduro de una vez, por tener la nacionalidad colombiana.