El Dr. Enrique Aristeguieta Grancko envió este miércoles una carta pública a Henrique Capriles, en la cual le solicita que “no siga obstaculizando la destitución de Maduro” de la presidencia de la República por no cumplir con lo establecido en los artículos 41 y 277 de la Constitución Nacional que exige el “ser venezolano por nacimiento y sin otra nacionalidad” para presidir el Poder Ejecutivo.
Nota de prensa
“Es un mandato constitucional que no puede incumplirse bajo ninguna circunstancia”, subraya Aristeguieta Gramcko.
Señala que la crisis que atraviesa el país “no aguanta hasta diciembre” para el revocatorio que impulsan y agrega que “el CNE hará todo lo posible para postergarlo hasta el próximo año, como se desprende de las declaraciones que diera hoy 4 de mayo su presidenta, Tibisay Lucena, en rueda de prensa y que usted mismo entiende como una posibilidad”.
Finalmente Aristeguieta Gramcko le solicita al gobernante mirandino, postergar apetencias personales y estimular a Primero Justicia para, junto a otros partidos de oposición, sea promulgado “un decreto legislativo que remueva a Maduro por su condición de extranjero. Lograremos el mismo resultado del revocatorio, pero con efecto inmediato”.
A continuación el texto completo de la carta
Ciudadano
Henrique Capriles Radonski
Gobernador del Estado Miranda
Presente.-
Señor Capriles:
En varias oportunidades, usted ha sido el único político que ha desestimado públicamente la opción de remover del cargo a Nicolás Maduro por el tema de su nacionalidad. Usted propone única y exclusivamente el referendo revocatorio como mecanismo para lograr un cambio de gobierno. Al respecto, debo destacar lo siguiente:
Primero, si usted decide profundizar sobre el tema, concluirá que Maduro es colombiano por nacimiento y que, además, no puede comprobar su nacionalidad venezolana. Nuestra Constitución establece muy claramente, en sus artículos 41 y 227, que solo un “venezolano por nacimiento y sin otra nacionalidad” puede ejercer el cargo de Presidente de la República. No se trata, pues, de preferencias políticas, sino de un mandato constitucional que no puede incumplirse bajo ninguna circunstancia.
Corresponde a Maduro, y a nadie más, demostrar que es “venezolano por nacimiento y sin otra nacionalidad”; y como no ha podido comprobarlo, a pesar de que la Asamblea Nacional se lo exigió formalmente el pasado 12 de abril, entonces puede ser removido de cargo de inmediato, sin requerir autorización del Tribunal Supremo de Justicia, ni pasar por una elección manejada por un Consejo Nacional Electoral fraudulento. Se trata de un mecanismo tan democrático, constitucional, pacífico y electoral, como lo es el revocatorio.
Segundo, si bien es cierto que el revocatorio es un derecho constitucional indiscutible de todos los venezolanos, también es cierto que el CNE hará todo lo posible para postergarlo hasta el próximo año, como se desprende de las declaraciones que diera hoy 4 de mayo su presidente Tibisay Lucena en rueda de prensa y que usted mismo entiende como una posibilidad.
Son muchos los años que llevo en la lucha política, he estudiado con detenimiento la historia de nuestro país y le puedo asegurar que la crisis humanitaria que vive Venezuela no aguanta hasta diciembre. Mucho antes se presentará un estallido social, cuyos primeros episodios ya están en pleno desarrollo.
Es natural que los dirigentes políticos tengan ambiciones presidenciales. Pero existen circunstancias especiales, cuando un líder debe postergar sus apetencias personales y subordinarlas al interés nacional. Nuestro pueblo está sufriendo los embates del hambre, la escasez, la inflación y la inseguridad. No podemos pedirle que espere hasta finales de año para satisfacer sus necesidades urgentes.
Por estas razones, le pido que no siga obstaculizando la destitución de Maduro. Estimule usted a su partido, Primero Justicia, a promulgar, junto con los demás partidos de oposición, un decreto legislativo que remueva a Maduro por su condición de extranjero. Lograremos el mismo resultado del revocatorio, pero con efecto inmediato.
De Ud. Atentamente,
Enrique Aristeguieta Gramcko