Éxito fulminante el de la recolección de firmas para tener derecho a recoger firmas para tener derecho a revocar a Maduro. Las cifras no mienten ni el entusiasmo colectivo tampoco. Por lo que en el referéndum revocatorio y en cualquier otra elección arrasaría la oposición. Ése es precisamente el asunto. El régimen hará todo lo que pueda para impedir el RR; puede no lograrlo, pero lo intentará. Maduro no quiere salir del poder ni hoy ni mañana, así es que el intento es impedirlo. Esa estrategia tiene, por ahora, el rostro falaz del aplazamiento pero el propósito es que no exista RR ni ahora ni en 2017. Sólo lo habrá si el costo de impedirlo es mayor que el de aceptarlo a regañadientes, como ocurrió con las elecciones del 6-D, cuando el costo de no aceptar el resultado era caerse.
Ese indudable éxito contrasta con las protestas convocadas desde el ámbito político por los mismos dirigentes que convocaron el exitoso firmazo revocatorio. Ni las protestas del viernes frente a las oficinas de Corpoelec ni las que iban a celebrarse con motivo del 1º de Mayo fueron contundentes, salvo la firme respuesta de Chúo Torrealba al asalto de los bandoleros. ¿Por qué el firmazo fue masivo e impactante mientras la protesta convocada desde la acera política no lo es, siendo ambos eventos convocados por los mismos dirigentes?
Pienso que los ciudadanos prefieren en general una estrategia conservadora (no lo digo en sentido analítico o crítico sino descriptivo), donde se prefiere el riesgo de firmar que no deja de ser real por los antecedentes de persecución y despidos, pero preferible al de la protesta a pecho descubierto. Ésta, como se sabe, es severamente obstaculizada por el malandraje paramilitar y los cuerpos represivos; a lo cual se une el que la principal preocupación del ciudadano es que no lo maten en la calle así como conseguir comida y medicinas.
En ese contexto, ante la incertidumbre con la cual el gobierno quiere rodear la solicitud por el RR, puede ocurrir que la opción más a la mano, que ya comienza a carburar en todos los estados, sea la de la elección de gobernadores; en sí misma otro capítulo de la agonía republicana de Venezuela. Lo que puede aplazar la demanda de salida de Maduro.
Entonces, ¿cuál es el Norte? No es fácil, entre otras cosas porque el RR está atrapado en la contradicción mencionada: es un camino pacífico, democrático, constitucional y electoral, pero, para llegar a él hay que elevar la protesta hasta un punto en que tal vez una línea conservadora no tenga más opción que convertirse en radical.