Juan José Moreno A: Salvemos lo que queda de país

Juan José Moreno A: Salvemos lo que queda de país

thumbnailjuanjosemorenoEl Estado de terror impuesto en Venezuela por quienes ya no disimulan su empeño de sacarnos del  camino de la democracia emprendido desde la caída de lo que hasta ahora había sido considerada la  última dictadura, casi impide en los actuales momentos hablar de recuperación de la nación; por ahora, y muy lamentablemente lo que obliga a los venezolanos es a salvar lo poco que está quedando del país.

Los últimos acontecimientos registrados a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, describen claramente el brusco desvío de un Estado de Derecho a un Estado de Terror, la mayor parte de ellos impulsados y promovidos por los propios personeros del régimen instaurado desde hace más de 17 años. Y quien tenga cabeza que le eche coco.

Comencemos por una de las más recientes noticias de sucesos: la muerte de  José Antonio Tovar Colina, alias “El Picure”. ¿Quién fue el funesto delincuente finalmente abatido en el Guárico? Sobre su prontuario delictivo es mucho lo que de él se conoce debido a la fama adquirida por la magnitud de sus macabras acciones. Sin embargo, es necesario recalcar el hecho muy conocido por la población, que el susodicho forma parte de lo que se considera el gran ejército de bandidos agrupados en más de veinte mil bandas criminales que se estima operarían en todo el país, con una cifra superior a 100 mil integrantes, según denuncias de expertos en materia de seguridad quienes han asegurado que 75 mil de estos delincuentes azotan las zonas residenciales del este caraqueño.  La de El Picure tenía, o tiene, la categoría de megabanda, una de las 12  plenamente identificadas en toda la nación hasta el pasado año; pero además se le vinculó con autoridades del Estado Guárico al más alto nivel y dueño de un arsenal evidentemente proveniente de las costosas armas adquiridas por el régimen actual. Para el criminólogo Keymer Ávila, el crecimiento de los grupos en el país se origina en la falta de controles formales por parte del Estado, y que estos grupos delincuenciales desarrollan alianzas con estructuras medias de los cuerpos armados. Esto nos da una idea, de cómo estamos los venezolanos en materia de seguridad personal y pública, que sufre un notable incremento de asesinatos sin castigo.





La delincuencia se hace presente en el plano político igualmente, con verdadera organizaciones del régimen que agreden con el mayor descaro e impunidad a dirigentes de la oposición democrática, como se evidencia con los últimos asesinatos y golpizas ampliamente denunciados a través de los medios de comunicación social de todo el país.

En el tema de la salud y en contraste con los rimbombantes anuncios del Presidente Maduro en sentido contrario, se produce en la actualidad una espantosa quiebra de los servicios de asistencia pública y un resquebrajamiento de la atención privada que imposibilita en muchos casos las intervenciones quirúrgicas y el suministro de los medicamentos requeridos, debido a las limitaciones impuestas por el régimen y que determinan el aumento de la mortalidad de los venezolanos, con un especial énfasis en la población infantil que se denuncia, entre otros Estados, en el Zulia y en la región capital del país; mientras se agudiza la crisis por la expansión de los casos de virus del zika y reaparición de viejas epidemias. No obstante, las gestiones de la Asamblea Legislativa se ven frenadas por el Ejecutivo, que impide a todo trance la ayuda internacional requerida por lo que hoy es considerada una auténtica crisis humanitaria.

A lo anterior se suma el drama determinado por otra carencia importante, como es la de los alimentos, que lejos de ser atacada en sus raíces, como sería la de facilitar la obtención de las materias primas para la elaboración de la mayoría de los productos que demanda la población, se agrava con la amenaza de paralizar las pocas industrias que hoy permiten llevar productos de la dieta básica a los venezolanos. Polar, la principal proveedora de alimentos, está en la mira del régimen, y los venezolanos tememos que corra con la misma suerte de otras empresas que han sido expropiadas y que determinan la escasez que hoy afecta al pueblo.

A este cuadro de carencias debe sumarse también la situación que hoy contribuye a acentuar la improductividad de la nación en cuanto a  bienes y la prestación de servicios fundamentales donde la crisis en la generación eléctrica ocupa un primerísimo lugar. Y no es secreto para nadie, que en cada uno de los problemas mencionados existe un origen común: la corrupción administrativa, cuyos casos son destapados cada día no solo en el ámbito nacional sino también en el internacional.  Y tras cada escándalo descubierto en cualquier país del mundo, el nombre de Venezuela aparece automáticamente mencionado.

Ahora, terminándose de quitar la careta, el régimen se muestra con su verdadero rostro al pasarse por el forro nada menos que a la Constitución de la República, desvirtuando las funciones de los organismos fundamentales del Estado, convertidos en simples apéndices de un régimen cuyos voceros se burlan todos los días de la inmensa mayoría de los venezolanos que muy recientemente emitieron su opinión a través del voto. Patéticas resultan las últimas posiciones adoptadas desde instituciones arrebatadas a la democracia como el TSJ, Las FANB y el CNE.

Pero frente a todo este estado cosas, seguimos insistiendo en la necesidad de la férrea unión de todos los ciudadanos conscientes de la situación que enfrentamos como nación, con la esperanza y la fe en que los problemas los resolveremos solo por la vía constitucional del voto y nunca a expensa de la sangre de los venezolanos como da muestras de pretender empujar el régimen a través de sus descarados llamados a la rebelión.

@JJMorenoA