El presidente de EE.UU., Barack Obama, entonó esta semana un himno para proteger a los transgéneros y homosexuales con iniciativas que parte de la sociedad considera revolucionarias y con las que el mandatario quiere asegurar una parte vital de su legado.
EFE
En nombre del presidente, la fiscal general de EE.UU., la afroamericana Loretta Lynch, ofreció esta semana un discurso que emocionó a la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales y transgéneros (LGBT) y en el que comparó su lucha con el movimiento de los negros por el fin de la segregación y el derecho al voto.
“No hace tanto que estados, como Carolina del Norte, tenían carteles en los baños, fuentes de agua y lugares públicos con los que mantenían a la gente fuera basándose en una distinción sin diferencia”, resaltó Lynch en referencia a la separación entre blancos y negros en lugares públicos.
“Hemos ido más allá de esos días oscuros, pero no sin dolor y sufrimiento y una lucha en curso que debe seguir adelante”, añadió la procuradora.
En el ojo del huracán se ha situado una ley de Carolina del Norte, aprobada en marzo por su Legislativo estatal y firmada por su gobernador que obliga a los transexuales a usar los baños y vestuarios de edificios públicos de acuerdo con el sexo que figura en su certificado de nacimiento.
Obama reaccionó con fuerza, exigió cambios por la vía judicial al gobernador de Carolina del Norte, el republicano Pat McCrory, y el viernes el Ejecutivo pidió a las escuelas de todo el país en una directiva que permitan usar a los alumnos transexuales los baños y vestuarios de su preferencia.
“Como estadounidenses, respetamos la dignidad humana, incluso cuando estamos amenazados (…) Defendemos la libertad de expresión, los prisioneros políticos, condenamos la persecución de las mujeres, o las minorías religiosas, o las personas que son lesbianas, gais, bisexuales o transexuales”, resaltó Obama en enero.
En ese discurso del estado de la Unión, ante el Congreso, el mandatario marcó un hito al ser el primer presidente en mencionar la palabra “transgénero” durante la solemne intervención.
Obama ha sido, también, el primer presidente estadounidense en respaldar públicamente el matrimonio gay y además ha sido el responsable de la abolición de la ley conocida como “Don’t Ask Don’t Tell”, que prohibía que los homosexuales que admitieran serlo formaran parte de las Fuerzas Armadas.
“La diferencia entre diciembre de 2008, un mes después de que Obama fuese elegido, y ahora es de la noche y el día en términos de todo lo que hemos conseguido, aunque queda mucho camino por recorrer”, dijo a Efe Ian S. Thompson, uno de los asesores legislativos de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Entre los mayores logros para la comunidad LGTB figura la firma en junio de 2014 de un decreto que prohíbe a las empresas que tengan contratos con el Gobierno federal cualquier tipo de discriminación.
No obstante, entre los mayores desafíos están las regulaciones del Departamento de Defensa que prohíben a los transexuales alistarse en el Ejército, aunque en julio de 2015 el Pentágono prometió que trabajará en políticas que permitan a los soldados transexuales decir abiertamente su condición.
Obama se ha convertido en casi un héroe para la comunidad LGTB, pero para las bases conservadoras de la oposición republicana las políticas del mandatario representan una aberración.
Especialmente combativos se han mostrado esta semana grupos como la organización cristiana conservadora Alianza para Defender la Libertad, que apoya la ley de Carolina del Norte, y creen que el Gobierno está saltándose las competencias de los estados y tratando de imponerles sus valores.
“Existen soluciones para dar cabida a todo el mundo sin violar los derechos de nadie, pero el Gobierno no contempla estas soluciones porque prefiere imponer ilegalmente su voluntad política a través de amenazas e intimidación”, dijo en un comunicado Jeremy Tedesco, consejero de la Alianza para Defender la Libertad.
La sociedad estadounidense sigue dividida por un tema que podría convertirse en un espinoso campo de batalla entre los aspirantes republicanos y demócratas de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
Sea quien sea el próximo inquilino de la Casa Blanca, es poco posible que un presidente vuelva a hacer portada en una revista gay con el titular: “Nuestro presidente. Aliado. Héroe. Icono”, como Obama consiguió en noviembre en la publicación OUT.
“Sin importar quien gane la Presidencia y ocupe le Casa Blanca, todavía queda mucho trabajo por hacer y estaremos presionando para fortalecer lo conseguido durante estos últimos años y continuar con nuestra lucha”, resaltó Thompson, asesor de ACLU, una asociación con una larga historia de defensa de derechos y libertades.
Para organizaciones como ACLU o el Centro Nacional por la Igualdad Transgénero, los derechos de los transexuales y homosexuales se han convertido en la última batalla a librar por los derechos civiles en EE.UU., especialmente tras el fallo del año pasado del Tribunal Supremo para legalizar el matrimonio homosexual.