Más de 300 personas agrupadas en nueve consejos comunales de la zona rural de Jesús María Semprún decidieron trancar la carretera Machiques-Colón como medida de protesta por falta de alimentos
La escasez de alimentos se acrecienta en las zonas rurales del Zulia. Nueve consejos comunales cerraron por seis horas la carretera Machiques-Colón a la altura del kilómetro 21, para reclamar alimentos regulados. Impidieron el libre tránsito exigiendo la presencia de la alcaldesa del municipio Jesús María Semprún, de quienes esperaban soluciones.
Pisando los troncos y cauchos usados para trancar la carretera las madres de familia del sector San Isidro Labrador, gritaban “su realidad”. Mientras que los hombres contenían las exigencias de quienes se veían afectados con el cierre y hacían una cola en carros que no se movían. Unos récipes médicos cruzaron como excepción, pero nadie más atravesó la tranca hasta que la Guardia Nacional llegó.
Lusmery Núñez, madre soltera de siete niños, explicó que hace unos días recibieron la noticia de que representantes de la alcaldía y de PDVAL iban hasta la comunidad a vender una bolsa de comida del programa casa a casa de PDVAL, pero aseguró que no fue lo esperado. “Tenemos meses que no nos llegan bolsas de comida y cuando nos avisaron que vendrían nos animamos todos porque ya ni con 10 mil bolívares se compra nada para comer. Vinimos a amanecer para esperar a que vendieran la bolsa y nos salen con una bolsita con harina, azúcar y caraotas”.
Las más de 300 madres y padres de familia que se encontraban en el lugar se negaron a comprar esa bolsa, puesto que según denunciaron, si la compraban así podrían reportar en PDVAL que compraron una bolsa “resuelta”. “El campo está muy afectado desde hace tiempo. Sólo nos ayudaba esa bolsa y ahora ni eso tenemos. Nosotros no ganamos para comprar un litro de aceite en dos mil 200 bolívares, un kilo de harina en mil y mucho menos un paquete de pañales en cuatro y hasta cinco mil bolívares. Estamos hartos de esto, cansados de que no nos tomen en cuenta, de que crean que con cualquier cosa nos van a quitar esta desesperación que tenemos”, aseguró Núnez.
Luego de tres horas de tranca, llegó la alcaldesa acompañada de la Guardia Nacional, exigiendo levantar la protesta para poder conversar el asunto. Se generó una situación de tensión de la que los presentes opinaron que era “otra demostración de abuso de la alcaldía que se ocupa de otras cosas antes que del pueblo”.
Jorge Sánchez, líder comunitario, insistió en que la necesidad que está pasando el campo es “prioritaria” y que “nadie responde por el hambre que pasa el campesino”. “Estamos diciendo la verdad. Siempre hemos apoyado la revolución, pero no puede ser que nos traten así. Azúcar, harina y caraotas no es comida para toda una familia. Estamos diciendo la realidad y si eso nos va a hacer perder la vida, entonces la perdemos. ¿Ya para qué más vamos a vivir?”.
Los manifestantes levantaron la tranca esperando conversaciones con la alcaldía, pero mientras rodaban los troncos expresaban: “esto no se va a solucionar”. “Los abusos van a seguir, ellos siempre hacen lo que les da la gana”. “Ellos no quieren que se sepa lo que nosotros pasamos aquí, pero ya está bueno”. “¿Hasta cuándo callamos? Somos revolucionarios, pero no pendejos”. “No nos van a seguir manipulando”.
Nota de prensa