Nos dirigimos al partido de gobierno y sus dirigentes, en especial al Presidente Nicolás Maduro, quien en aras de mantenerse en el poder ha desmantelado y desconocido las instituciones consagradas en la Carta Magna que rige a la República, sus acciones demuestran que no actúan bajo los principios del Estado de Derecho y de Justicia, sino por el contrario, manipulan a los poderes públicos que aún tienen bajo su control para avalar y justificar la represión, el impedimento a la ejecución del referéndum revocatorio, la anexión de competencias, el enfrentamiento y boicoteo a la Asamblea Nacional y su interés en llegar a disolverla.
Al dirigir al país no lo hacen bajo ningún interés público pues bajo sus decisiones solo impera la ambición y el temor de ser destituidos de sus cargos, situación que los expondría a rendir cuenta por los delitos cometidos a la nación; es esta la razón por la que durante estos años se han abocado a la restricción de libertades, a la creación de una relación de sumisión y dependencia entre ciudadanos y gobernantes, buscando debilitar al primero al negarle alternativas para elegir, inclusive hasta para comer, con ello nos referimos a que ustedes como Gobierno Nacional son quienes se niegan a salir de la grave situación económica prefiriendo que la misma se convierta en una situación de normalidad entre los venezolanos, en medio de colas, altas tasas de inflación, desabastecimiento y poco poder adquisitivo, garantizando la existencia de barreras y dificultades para la incorporación de estos en los asuntos de interés público debido a la constante y permanente búsqueda de la satisfacción de sus necesidades básicas
Por otro lado, durante sus años de gobierno han generado un Estado fallido que carece del monopolio de la violencia lo cual se refleja en las altas tasas de delincuencia y asesinatos en el país, cuyos actores en su mayoría quedan impunes y quienes son procesados se fortalecen en medio del caos del sistema judicial y penitenciario, seguidamente es menester señalar que los cuerpos oficiales de seguridad se han centrado en el cumplimiento de una sola voluntad, la del régimen, siendo la misma reprimir, castigar y hostigar a quienes le adversan, violando así derechos humanos y civiles a los venezolanos sirviendo de evidencia la cantidad de funcionarios policiales y militares que toman los espacios públicos en días de manifestaciones, protestas y movilizaciones; mientras que barrios y comunidades viven diariamente a merced del hampa.
Así mismo ante la pérdida del respaldo popular, pese al rígido aparato comunicacional, las amenazas y amedrentamiento, demostrado en las pasadas elecciones parlamentarias, el Gobierno presidido por su persona, Presidente Nicolás Maduro, no ha cambiado sus claras intenciones de imponer un régimen autocrático bajo un modelo económico colapsado, sin embargo ha quedado descubierto y desenmascarado al tener que usar medidas y mecanismos distintos a los que implementaba con una antigua Asamblea Nacional postrada ante el Poder Ejecutivo y el Partido Socialista Unido de Venezuela, pues hoy en día sobreviven y gobiernan a través de sentencias fuera de lugar que emite arbitrariamente el Tribunal Supremo Justicia, el cual se ha convertido en un actor político más, el aumento de la represión y la declaración de Estados de Excepción no aprobados por el Poder Legislativo, actuando de facto bajo la excusa de amenazas internacionales, conspiraciones y planes desestabilizadores con el objetivo de obtener mayores competencias para controlar, intervenir y arrinconar a los sectores políticos, empresariales y ciudadanos en general.
Basta con leer las líneas anteriores para visualizar y comprender que la situación que se vive en Venezuela ha sido provocada y generada por un proyecto político e ideológico que rechaza la libertad, desconoce la impersonalidad de la ley y por ende a la misma Constitución, aunado a esto sus dirigentes teniendo la mayor bonanza petrolera lo han despilfarrado todo para hoy en día exigirle a los venezolanos que hagan sacrificios y se apeguen a las políticas de un modelo económico que solo sigue hundiendo al país, que resulta excluyente y no genera ninguna expectativa de bienestar, razón por la cual debemos tener claro que la actual elite gobernante no se desenvuelve bajo el reconocimiento de un plano democrático y por ende ha de ser capaz de agotar todos los recursos que tengan a su alcance para asfixiar y eliminar a quienes aún se mantienen firmes en su contra: la gran mayoría de los venezolanos que hoy vive, padece y sufre las perversiones de un gobierno que continua burlándose del pueblo al decir que obra en su nombre y a favor de su protección.
Ayrton Monsalve
Presidente de la Federación Venezolana de Estudiantes de Ciencias Políticas.