Rafael Rodríguez Mudarra: La Unidad Nacional para el revocatorio

Rafael Rodríguez Mudarra: La Unidad Nacional para el revocatorio

 

El  referéndum revocatorio a celebrarse para el “Cese” en el poder por adelantado del presidente Nicolás Maduro, da por descontado  cualquier  otra  interpretación que no sea la de considerarlo como el desarrollo de un proceso  de entendimiento  entre los venezolanos,  que permita su  convivencia  pacífica ; así como la protección  de amparo por  parte del Estado en contra de las violaciones  de sus derechos humanos, humillaciones, atropellos, desapariciones, asesinatos, y las detenciones indebidas; para darle  asidero permanente al profundo anhelo colectivo  de que los órganos que integran el Poder Público Nacional, sean incompatible en el ejercicio de sus funciones y se  le impidan el papel de cirineo del Ejecutivo,  lo que es evidente   en la conducta exhibida por  los poderes  Judicial, Ciudadano y Electoral, que integran el Poder Público Nacional

La situación   vivida en  Venezuela por una población víctima de las mayores calamidades: desempleo,  pobreza crítica,  crisis humanitaria de salud, despilfarro administrativo, inseguridad , hambre , presos políticos,   militares activos en funciones del gobierno  ejercitándose  como líderes  políticos de un proceso harto cuestionado por la opinión pública; el Presidente  de la República infringiendo la Constitución con malicia  manifiesta para impedir la ejecución del  voto de censura parlamentario,  recaído  en dos de sus ministro peor evaluados;  así  como la arbitrariedad  de imponer sin  contrapeso judicial  la prórroga   del “decreto de emergencia”, mediante el cual ha dispuesto de recursos del Estado, de bienes y mercancías de empresas privadas, restricción del sistema monetario, sin solución de la crisis incrementada en forma exponencial ; fuerzan a  los venezolanos incluidos muchos de los que militan en el partido oficial a buscar con inmediatez  una “SALIDA”, que nos permita resarcir el Estado de Derecho y aventar para siempre la permanencia  de  un régimen fascista, antítesis del desarrollo institucional.





El uso  que  del artículo 72 de la Constitución se ha hecho para  la revocación del mandato   de Nicolás Maduro,  por haber transcurrido  la mitad del periodo para el cual fue elegido,  es más que pertinente , por cuanto da cabida para que los ciudadanos con pleno derecho a la participación en los asunto políticos, puedan disponer de manera participativa  del principios clásico  universalmente imperante , implícito en  el control de la función pública, según el cual “quien  elige también  puede revocar”.

Maduro, hoy entredicho está incurso  dentro de la viabilidad  del lapso para el  “CESE” por adelantado de su mandato, por lo que transcurrido más de la mitad del periodo de éste, considerado como periodo de prueba y, no  habiendo cumplido con eficacia  y responsabilidad   el oficio que se le fuere encomendado, duda no cabe, que debe  procederse mediante el ejercicio del sufragio a su reemplazo.

El insinuante  sentimiento de  “CAMBIO” que anima a los  venezolano, obliga a poner en marcha un pertinaz  movimiento de masas, cual mediante una  acción unitaria y compactada de  dirección,  entienda la necesidad  de ordenar  los  dispositivos que aseguren el logro de tal propósito.  .

La movilización para llevar a cabo la revocación del mandato   presidencial corre en paralelo con  otros eventos,  cuya preclusión de lapsos los  hace exigible constitucionalmente, entre  los que se encuentran: la renovación de los partidos que no sufragaron con tarjetas propias o se abstuvieron  de participar en el proceso parlamentario, sin escapar de tal obligación: AD, COPEY, VP, UNT, cuales perdieron legitimidad al integrarse   al  partido MUD como se evidencia de la publicación del CNE;  así como también el sufragar  en el proceso  de elección   de los gobernadores de los Estado y el de  la representación de los Consejos Legislativos.

La oposición ha tenido desacierto reprochables; uno de ellos, cuando abandonó   el principio de acción unitaria que imponía la lucha política;  equivocación conceptual  inaudita no propia de un liderazgo combativo,  que resalta irresponsabilidad manifiesta  por no haber participado  en la elecciones parlamentario que tuvieron lugar el 04 de diciembre del 2005, no obstante haber presentado listas de candidatos, bajo el alegato de falta de garantía para el voto, lo que permitió al gobierno reformar  sin impedimento la Constitución, hacer de la habilitación medio expedito para la elaboración de las leyes; es decir ,los que fungieron como líderes del sector opositor con tan equivocada estrategia,  facilitaron los abusos del poder  sin contención alguna.

Empero, a manera de reflexión es más  que positivo asentar, que la abstención provocada , causante de dispersión política, hubo de disminuir en forma  ostensible, debido  al comportamiento  de acción revolucionaria, que a la postre liquido la polarización y colocó al sector adverso a la política autoritaria del gobierno en el primer lugar de las simpatías del pueblo.

Como incremento de  la evolución política  actualmente alcanzada, bueno es precisar como inicio  fundamental  para el logro  de la Unidad del Pueblo, la participación de la oposición en las elecciones presidenciales realizadas el nueve de diciembre de 2006. Los coordinares de tal evento conformado por políticos, sectores  estudiantiles, dirigentes sindicales, gremiales y sectores progresistas de la nación, después de un exhaustivo análisis de consulta, presentamos al electorado la candidatura de MANUEL ROSALES.

Con la candidatura del ex gobernador  del Zulia, disminuye la abstención, se rescata  el ejercicio del sufragio universal, directo y secreto, convirtiendo tal medio de elección  en  el instrumento más  que  idóneo y poderoso para el imperio de la  “CIVILIDAD”. La conducta  política  de los  coordinadores de entonces; así como el acierto en la escogencia  de MANUEL ROSALES,  nos lleva a reconocer que nos abrió el camino, para que  a través de la lucha democrática,  se ganara el referendo   constitucional celebrado en el 2007; y  se recobrara   más adelante el poder autónomo de la Asamblea Nacional. Manuel Rosales  en   gesto que le da adhesión de solidaridad  reconoció el triunfo de Chávez; este  lo persiguió,  no pudo ganarle elección alguna en el Estado Zulia; y los que fueron sus denunciantes arrepentidos  inculpan al difunto presidente en tan aberrante fechoría. Manuel Rosales hoy objeto de secuestro político se encuentra acosado  por una justicia  no  idónea, incapaz de ejercer el control difuso de la Constitución.

La recolección de firma para la revocación de la ineficaz administración de  Maduro  no es un acto de partido, dado que constituye  una voluntad  no sometida a control partidista, que impone  la conformación de un Gran Frente de Unidad Nacional.

Abogado, político, presidente de Unión Republicana Democrática (URD)