Añagaza, por Dulce María Tosta

Añagaza, por Dulce María Tosta

thumbnailcolaboradores-190x1301Cuando analizamos las razones que pudiera tener la MUD para impulsar el revocatorio y desechar la nacionalidad de Maduro, necesariamente debemos hurgar en la gaveta de los intereses comunes, en el inframundo de los acuerdos secretos y de las coincidencias vergonzosas.

Un chavismo poderoso, dueño del poder y culpable de todos los males del País es imprescindible para la MUD; en el mismo momento en que desapareciera aquel, ésta perdería su razón de ser y volveríamos al sistema de partidos políticos independientes, dejaría de existir el omnímodo «dedo» opositor y se esfumarían las posibilidades de Capriles de ser candidato y cosechar los frutos del antichavismo.

El 6 de diciembre quedó demostrado que el chavismo es el gran elector. El voto de la gente gira a su alrededor –a su favor o en su contra– sin importar el nombre o la trayectoria de los candidatos, lo cual fue aprovechado por los partidos para ubicar convenientemente a sus activistas y alzarse como los grandes triunfadores, dejando al pueblo la inocua función de humilde votante.





El decreto Gramcko es inadmisible para la MUD por cuanto produciría efectos inmediatos y, en el peor de los casos, trancaría un juego que a ella le conviene continuar hasta la elección presidencial de 2018; llegar a esa confrontación electoral con un 80% o más de la preferencia del electorado es un tiro al piso que no está dispuesta a desperdiciar, sin importar cuántas vidas cueste la espera ni que tan ancha sea la tragedia para los venezolanos. Polarizar con el chavismo actual es el Disney World de cualquier político criollo, pero para que esa situación se produzca es necesario mantener vivo al monstruo, que el malo de la película se mantenga amenazante para que el bueno pueda lucir todos sus atributos y recibir el favor popular.

Al régimen le conviene una oposición al estilo MUD, magistralmente resumido en un tuit de @frankaviador: «Cuesta mucho entender como tenemos un usurpador ocupando la presidencia porque hay que”respetar la constitución”» Ese gatopardismo se expresa claramente en la sumisa admisión de las normas reguladoras de referendos revocatorios que inventó el CNE en descarada modificación del artículo 72 de la Constitución y que diera pie a otras recién sacadas del horno; tanto unas como otras conculcan derechos políticos constitucionales y son nulas de nulidad absoluta.
Régimen y MUD, actuando como elefantes borrachos en una cristalería, han entrado en un contubernio que irrespeta normas y principios jurídicos e intereses populares. La llamada validación de firmas colide frontalmente con el principio universal de la buena fe, plasmado en la Ley Orgánica de la Administración Pública y en la Ley de Simplificación de Trámites Administrativos; en buen derecho, las firmas son válidas desde que se estampan, salvo que se demuestre lo contrario; presumir su invalidez hasta que el CNE las analice y valide es un dislate que nos obliga a sospechar complicidad, vil acuerdo para que el referendo se efectúe en 2017 y, por ende, que se vaya Maduro pero persista el régimen y con él la polarización electoral en 2018.

Por acuerdo bilateral, Maduro se convertiría en el chivo expiatorio y debería irse en 2017, para que todo siga igual. Con su partida ganan los chavistas, pues lavarán la cara al verdadero padre de esta tragedia y podrán seguir pegados a la teta política del comandante eterno y gana la MUD, al hacerse de todos los poderes por vía electoral, al mero estilo chavista.

La controversia entre Partida de Nacimiento y Revocatorio, va más allá de la salida de Maduro; en verdad, lo que subyace son situaciones políticas antagónicas: si la partida de nacimiento saca a Maduro este año tendremos elecciones de inmediato, con Leopoldo como candidato de las grandes masas; si, por el contrario, el régimen subsiste hasta el 2018 gracias a un revocatorio retardado, Capriles tendría la primera expectativa de ser elegido a dedo como candidato de la MUD.

Por su parte, el chavismo hila fino bajo el ladino consejo de Fidel: MUD y Capriles son los opositores que convienen y deben ser atacados de vez en cuando para mantenerlos en la palestra. A María Corina, Leopoldo y Ledezma es preciso invisibilizarlos, no nombrarlos ni siquiera para mal.

Mientras todo este egoísta barullo político se desarrolla, la gente, invitada de piedra, traga amargo en las colas para adquirir comida, gime en los hospitales sin insumos y llora sus muertos sin justicia en un País donde cada día se hace más cuesta arriba comprar ataúdes.
Aunque usted no lo crea.
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