La payasada del Viernes pasado, las llamadas maniobras militares ordenadas por el títere, coordinadas por el prostituido alto mando militar y con la participación de una masa de reposeros de PDVSA representan el punto más bajo en la historia de degradación del país a manos de la pandilla chavista.
Esta ópera bufa ordenada por el títere costó más de $20 millones. Durante ese día se perdieron 5000 fusiles, los tanques dejaron de arrancar y los aviones de volar, debido al mal mantenimiento. Fue ordenada por el títere debido, según dijo, a la amenaza inminente de invasión por parte de países no identificados. En la inmensa payasada participaron miles de venezolanos, unos de uniforme u y otros reclutados a la carrera para ser disfrazados de militares, alborozados porque se les entregaron unas mochilas que les servirían después en los mercados para guardar los escasos alimentos conseguidos.
Padrino López aseguró que ese día se sentía muy optimista porque, gracias esa esa demostración de “poderío”, garantizaban que “nadie se metería con Venezuela”. La realidad es que el ejército venezolano está en una deplorable situación de desmoralización. Hay casos de soldados robando chivos porque tienen hambre, narcotráfico y contrabando organizado por miembros de las fuerzas armadas. Hay narco-generales, como Clíver Alcalá Cordones, tratando activamente de tumbar a Maduro para montarse ellos en el poder. La total impunidad con la cual los narco-generales están actuando demuestra que el poder militar en Venezuela está atomizado.
La participación más grotesca fue la Eulogio Del Pino, el “almirante” de PDVSA. Al comandar lo que él llama su Cuerpo de Combatientes, emitió una proclama desde La Campiña, donde quizás maneja una batería anti-aérea, en la cual dijo que : “en este ejercicio de apresto operacional, que se realiza a escala nacional, están desplegados más de 8 mil trabajadores petroleros pertenecientes a la Milicia Bolivariana. En este momento estamos amenazados por las fuerzas de la derecha que se han atrevido a insinuar la posibilidad de incursiones de países extranjeros en nuestra patria. Estos operativos son extremadamente necesarios”. Este pobre diablo no explica la razón por la cual PDVSA ha perdido 700.000 barriles diarios de producción y endeudada hasta los tuétanos. Los 8000 petroleros que hacían el ridículo corriendo de un sitio a otro como gallinas decapitadas habían abandonado sus labores.
El mundo entero contempla asombrado el espectáculo de degradación y humillación colectiva que se desarrolla en Venezuela, sin que el país indignado se haya puesto de pie. Los venezolanos hemos perdido la riqueza petrolera, la democracia y la libertad a manos de una pandilla de ignorantes y corruptos. Muchos de nuestros compatriotas han perdido la vergüenza, cambiando su dignidad por limosnas o vestidos con el uniforme militar del deshonor. Esta masa inútil es una carga inmensa sobre la Venezuela trabajadora y demorará mucho la recuperación del país.
Es urgente salir de este régimen maldito.