El presidente peruano Ollanta Humala va a llegar al final de su mandato –el 5 de junio es la segunda vuelta de las presidenciales, en las que él no puede optar a la reelección– sin que se hayan cumplido los planes de Hugo Chávez y sus asesores de la fundación española de la que nació Podemos. Hace cinco años, los asesores españoles del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) propusieron a Chávez una operación para lograr que finalmente Perú se sumara al bolivarianismo.
Por ABC de España / EMILI J. BLASCO
Esos planes pasaban por aprobar una nueva Constitución; sacar a Perú de la Alianza del Pacífico que forma con México, Colombia y Chile, que CEPS califica en su informe de «eje del mal», y asociarlo con los países del populismo izquierdista del ALBA. Nada de eso ha ocurrido. Tampoco es previsible que ocurra sea cual sea el ganador en las presidenciales del próximo domingo, Keiko Fujimori o Pedro Pablo Kuczynski, ninguno de los dos es de izquierda.
Humala se presentó a las elecciones de 2006 desde la izquierda y el indigenismo y contó con el apoyo del chavismo (posiblemente recibió financiación desde Venezuela). Pero fracasada entonces su candidatura, en 2011 ganó desde posiciones más centradas, con el fin de sumar votos de otro sectores ideológicos y ganar en segunda vuelta a Keiko Fujimori. Deudor de esa coalición electoral, Humala ha gobernado desde el pragmatismo político y el liberalismo económico, lo que ha dado a Perú uno de los mayores crecimientos del PIB de Latinoamérica.
Pocos días después de la victoria de Humala en 2011, Hugo Chávez tuvo sobre su mesa un informe acerca de lo que debía hacer Venezuela para atraer de nuevo al dirigente peruano hacia la comunión con el ALBA. «Se sugiere que las colaboraciones se articulen primeramente a través de los países fronterizos con Perú, como Ecuador y Bolivia, a través de convenios bilaterales hasta que no cambie el sentir de la opinión pública, mediante la creación de condiciones subjetivas que permitan otro tipo de relación y que no pongan en riesgo la estabilidad del nuevo Gobierno», se advertía en el informe estratégico de CEPS. Se trata de uno de los numerosos informes que de esa fundación han trascendido.
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