Juan José Moreno: ¿Quién tiene la cochina?  

Juan José Moreno: ¿Quién tiene la cochina?  

thumbnailjuanjosemorenoComo en el de dominó, que cuando se tranca el juego los tantos de la pareja que más los acumula en la mano  son puntos negativos, en Venezuela nos encontramos en estos momentos en una situación muy parecida: de nuestro lado, quienes nos oponemos al oprobioso régimen que nos tiraniza, está la ventaja de contar con puntos positivos; mientras  los contrarios, quienes se alinean en la defensa de un contendiente que hace trampas, y encima de eso “la cochina” , tienen los puntos que los condenan a perder la partida.

Porque son verdaderas  cochinadas, hablando en sentido metafórico,  todas sus ejecutorias desde que se “sentaron”  a  la mesa del juego político en el país. Los venezolanos somos testigos de todas las jugarretas de un adversario, por llamarlo de manera más decente ya que para ellos nosotros somos simplemente  enemigos, que con un lenguaje que se corresponde con su estilo de “gobernar” imprimen un sello muy particular, fanfarrón y mal hablado, a todas sus decisiones y actuaciones.

Y el juego, literalmente hablando, está trancado; la trampa gubernamental se manifiesta actualmente en varios sentidos, entre los que destacan: en primer lugar, con la ruptura de la institucionalidad del país, expresada entre otras en la deshonesta actuación de un llamado poder electoral que trata de impedirle a todo trance a los venezolanos que lo reclaman, el ejercicio del derecho constitucional del revocatorio que los asiste. Dentro de similar escenario actúa un tribunal superior de justicia que, además de ilegal y falto de ética, se presta a todas las marramuncias de un Ejecutivo que pretende eliminar el único poder representativo en estos momentos de la voluntad popular mayoritaria, es decir, de todos quienes sienten el peso de una política que le niega el acceso a las más elementales condiciones y bienes de subsistencia, así como a las libertades conquistadas por un país a todo lo largo de su historia democrática.





En segundo lugar, la generación de una auténtica crisis humanitaria determinada por la interrupción del proceso productivo en el país de alimentos y medicinas, la cual genera la terrible escases que viene a constituir una de las principales causas de muertes especialmente entre la población infantil, así como el desmantelamiento de los servicios de asistencia a la salud; la incontrolable inflación generada especialmente por la fabricación inorgánica de dinero; y  la libertad otorgada a los cuerpos represivos, donde se incluyen las bandas del PSUV para golpear a manifestantes y ultimar sin fórmula de juicio a personas presuntamente involucradas en hechos delictivos.

En tercer lugar, están a la vista incluso más allá de nuestras fronteras las “gestiones” de un régimen que se ufana por evitar la actuación del más importante organismo de la diplomacia en el continente americano en función de corregir las arbitrariedades que han sido impuestas en el país y que determinan el conjunto de problemas que nos afectan. Las señales que emiten desde Washington las actuaciones en el seno de la OEA, nos indican que serán difícil, aunque no imposible, que prospere la solicitud del secretario general del organismo interamericano Luis Almagro, de aplicar correctivos, a partir de una avanzada diplomática que pudiese arribar, en caso de no alcanzar su cometido, ese instrumento coercitivo que sería la muy divulgada Carta Democrática,  porque son más que evidentes las muestras de movimientos por “debajo de la mesa” que involucraría a representantes gubernamentales de Venezuela y de países beneficiarios del derroche petrolero a través de la Alba y, más allá, de otros que nos causan sorpresa como el caso que se denuncia con Argentina.

Y en cuarto lugar, la recurrencia en la estrategia de los voceros del régimen, de utilizar el terror para amedrentar a los ciudadanos pacíficos, la mayoría del país, que evade a toda costa la posibilidad de enfrentamientos violentos entre venezolanos. No hay un día en que, desde la cúpula del régimen, no se anuncie alguna acción dirigida a sembrar y reforzar el miedo entre quienes se atrevan a insistir en el revocatorio presidencial como fórmula constitucionalmente válida para reemplazar del poder a  los verdaderos causantes de la crisis general que afecta al país. Con argumentos falaces, como las presuntas guerra  económica y la invasión de potencias extranjeras detrás de la decisión que pueda adoptar la OEA, se promueve la conformación de auténticas bandas de choque, colectivos que con distintos nombres tienen el encargo oficial de aplacar la protesta popular, en reclamo de comida, medicinas y ejercicio de sus derechos constitucionales. La más reciente y demostrativa de lo que aquí afirmamos, hasta el momento de escribir el presente artículo, la encontramos en la brutal represión y atropello a los periodistas con motivo de la protesta por falta de alimentos protagonizadas por vecinos en la avenida Urdaneta el pasado jueves.

Ante este cuadro, que nos plantearía un juego trancado, nuestro llamado a quienes compartimos el principio de un juego político limpio, es el de mantener la calma, no caer en las provocaciones a las que nos empuja el régimen y, especialmente, a formar equipo cerrado; pues no es momento, de expresiones ni de actuaciones que nos presenten como jugadores desarticulados, ni mucho menos enfrentados. El juego, lo tenemos a nuestro favor; pese a las trampas del adversario, son muchos los tantos negativos del régimen y “la cochina” les sumará a la larga mucho peso negativo.

@JJMorenoA