El hambre, según el diccionario de la Real Academia Española (DRAE) es la sensación que indica la necesidad de alimentos, también, puede ser escasez de provisiones básicas, que causa carestía y miseria generalizada o apetito y deseo de algo. Cuando una persona se priva de alimentos durante mucho tiempo le perjudica la salud mental y física, la induce a la somnolencia, atenúa sus emociones y le impide pensar con normalidad, además, hace que se diluyan los valores morales, esta condición es la que el gobierno venezolano busca con someternos al terrible flagelo del hambre, es decir, convertirnos en seres humanos inservibles incapaces de pensar racionalmente, pero aptos para serviles a ellos.
Maduro y su? cúpula “cívico-militar” conocidos como boliburgueses saquearon el país, durante 17 años, miles de millones de dólares, considerado como el más gigantesco acto de corrupción de la historia del planeta, convirtieron el poder en una vitrina de delitos, de élites corruptas e insolencias políticas para todo el globo terráqueo. Hoy, el mundo se pregunta: ¿que pasó, que está pasando y que pasará en Venezuela?, mientras tanto, los que nada tienen para comprar comida, ni medicinas (más del 87% de los venezolanos), se están muriendo de hambre y se encuentran secuestrados por el régimen que sustenta su poder y permanencia en el gobierno.
Las fuerzas armadas y cuatro damas Maduristas que componen la mayoría en el Consejo Nacional Electoral (CNE), apoyadas por los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), cometen delitos electorales violando la Constitución, la Ley orgánica de procesos electorales, el propio reglamento electoral que regula lo atinente a los referéndum, porque entre muchas razones, actualmente niegan el derecho político que tienen los venezolanos de convocar el referéndum revocatorio para poder cambiar el gobierno, de forma pacífica y democráticamente, al peor de los sucesores de Chávez.
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La miseria que rodea las grandes ciudades como Caracas, Maracaibo, Valencia, Maracay, Barquisimeto, Táchira, Puerto la Cruz, Ciudad Bolívar entre otras, y los miles de barrios del interior del país son azotados por cascadas de saqueos al estilo del “Caracazo” los mismos son reprimidos brutalmente por las fuerzas públicas transgrediendo sus derechos humanos y su derecho al acceso de alimentos, plasmado este ultimo en el artículo 305 de la Constitución Nacional. La escasez lleva a Venezuela a un punto de quiebre como máximo en el mes de julio, por eso, denuncio ante el mundo que cada día acuden más venezolanos a los basureros urbanos en busca de comida, cada vez se ven más niños con el vientre abultado por las lombrices, mocosos, con los ojos vidriosos, hacinados con sus familiares. Esta situación,? nos emplaza como opositores, “estar a la altura” del momento que atraviesa el país.
Los venezolanos, no podemos permitir que los mal llamados “bachaqueros”, una ficción inventada por el gobierno maduristas, como estrategia para enfrentar y culpar a la oposición, mediante la canallesca y vulgar “guerra económica” son protegidos por los colectivos violentos agrupados en una organización ideada por los asesores cubanos que el gobierno denomina Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP), organismo desconocido por los millones de consumidores en las diferentes zonas urbanas del territorio nacional, estos comités, fueron creados el pasado mes de abril, los funcionarios que los dirigen, no saben qué hacer con la distribución de alimentos, al mismo tiempo, se presta para el acaparamiento, la discriminación ideológica, el oportunismo, el protagonismo político, la propaganda política y por ende, para la corrupción, de ñapa les dieron rango de funcionarios del gobierno para controlar a una población hambreada que cabalga en una implosión social en pleno desarrollo?.
Venezuela, no puede permitir que este corrupto e ineficaz gobierno nos siga sometiendo mediante esta aberrante y desvergonzante manera, porque las libertades se ganan con valor, no con miedo, por esa razón, estoy seguro que muy pronto, el hambre derrotará a Maduro.
@joaquinchaparro.