Un paraíso que no tendría nada que envidiar a sus vecinas antillanas Aruba, Curacao y Bonaire, pero que se encuentra completamente abandonada por un gobierno regional que dice haber invertido varios millones de bolívares fuertes para hacer funcionar un turismo inexistente. Sin agua potable, sin luz, sin comida, sin infraestructura, la isla se deteriora entre una gestión fraudulenta.
Por Dámaso Jiménez / Fotografía Gustavo Baüer
La isla de Zapara es la puerta sin bisagra del lago de Maracaibo y un proyecto turístico y comercial en potencia que nunca ha sido potenciado a pesar de tantas promesas que ya suenan huecas entre sus pobladores.
La isla le da la bienvenida y despide a los buques del mundo que transitan por el canal de navegación y que goza de dos ambientes: por un lado tiene las inquietas aguas del mar Caribe y la arena cálida apuntando hacia el golfo; mientras la otra orilla se encuentra bordeada por las tranquilas aguas del lago con sus costas sembradas de manglares.
Un paraíso que no tendría nada que envidiar a sus vecinas antillanas Aruba, Curacao y Bonaire, pero que se encuentra completamente abandonada por un gobierno regional que dice haber invertido 350 millones de bolívares fuertes para hacer funcionar un turismo inexistente. Se trata de recursos millonarios dilapidados que nunca fueron invertidos en la isla y que el gobernador Arias Cárdenas se niega a explicar ante la Asamblea Nacional este miércoles.
Un turismo falso
Con una superficie de siete kilómetros cuadrados, la extensión de tierra es cubierta principalmente por gigantescos medanos que pueden llegar a tener una altura de casi 30 metros. En ella conviven unos dos mil habitantes que cada vez reciben menos visitas porque carecen de cualquier estructura viable para recibir temporadistas y por ende fuentes de ingreso para la isla.
La alcaldía de Almirante Padilla es la principal fuente de empleo formal para los habitantes de la zona aunque también abundan funcionarios cubanos que laboran en las oficinas públicas del Estado.
La isla Zapara carece de arborización, servicios públicos, restaurantes, posadas, zona hotelera, programas organizados, deportes extremos, visitas guiadas, entretenimientos, aéreas verdes, limpieza, iluminación, caminerías, actividades ecológicas, centros comerciales y artesanales. Nada, solo un inclemente sol y zonas de zancudos agobiantes que nunca han sido fumigados.
¿Dónde están los reales del parque ecoturístico?
Sin agua, sin luz, sin comida, sin infraestructura, la isla se deteriora entre una mentira y otra.
Las vallas anunciado la construcción de ecoparques turísticos con inversiones millonarias de parte del gobernador Arias Cárdenas sucumben a la corrosión del salitre, mientras su proyecto conservacionista es una sabana de botellas plásticas vacías de refrescos que nadie recoge y que prácticamente forra grandes extensiones de arena y playa. Sus pobladores la llaman la isla del olvido por el miso abandono del que son víctimas.
Pero el gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, la denominó recientemente el epicentro de la industria turística en la región, con aportes que superan los 200 millones de bolívares y otros 150 millones de bolívares para el mantenimiento de infraestructuras que aún no se han llevado a cabo, con embarcaciones tipo Bergantín para 140 pasajeros que nadie ha visto luego de casi 4 años de gestión y un vergonzoso descuido del medio ambiente producto del engaño y la desidia.
Nadie en el gobierno regional da cuenta de la utilización de estos recursos ni del desarrollo de ecoparques que solo existen en las fábulas y las infografías de los avisos de prensa oficiales, que aún anuncian promesas mágicas de fantasía socialista. El único parque temático de la zona es la escasez, el hambre y el encarecimiento de todo lo que llega a la isla.
Recientemente fue anunciado por el propio mandatario regional un posible relanzamiento del plan ecoturístico con la participación de la FANB y Corpozulia fechado para el próximo 24 de julio, sin embargo nada evidencia la movilización de esfuerzos en la isla que generen algún tipo de cambio en tan árida zona ni existe confirmación al respecto. Entre los habitantes más antiguos el fraude recuerda otro proyecto fallido del primer gobierno de Arias Cárdenas como fue Puerto América.
Bachaqueo, apagones y estado de excepción
La isla de Zapara como ente geográfico insular del municipio Almirante Padilla, junto a los municipios Mara y Guajira, mantienen desde septiembre pasado un Estado de Excepción que dificulta el impulso de cualquier desarrollo.
Sus pobladores, la mayoría de la etnia añú o paraujana, se encuentran fuertemente preocupados no solo por el tema de la escasez de alimentos, los apagones agudizan la incertidumbre, la oscuridad y la violencia.
María Vílchez, madre de varios pescadores de Zapara, denunció que uno de sus hijos fue acusado y detenido por efectivos militares por traer gasoil para mover las embarcaciones y salir a pescar, porque “si no hay pescado no hay comida”.
Denunció que existe una mafia en isla de Toas a la que todos los pescadores se encuentran en la obligación de comprar el gasoil, so pena de terminar amenazados o detenidos con penas por contrabando de combustible. Vílchez, quien siempre asumió la bandera del proyecto revolucionario, ya no cree ni en proyectos ni en misiones.
“Cada vez que llegan nos dicen lo mismo, que presentemos proyectos, que recuperarán el lago, que ayudaran con embarcaciones, pero se van y con ellos se esfuman las promesas. Corpozulia, la gobernación del Zulia y la alcaldía mantienen un personal en la isla que no saben dar respuesta a nuestras necesidades y los efectivos militares solo se hacen presentes con el alcalde Idelbrando Rios para perseguir y poner preso a jóvenes que buscan gasoil en el Moján para surtir las embarcaciones y salir a pescar. Si no se la compramos a ellos nos acusan de bachaqueros”.
El educador, conservador de las especies de tortugas y líder vecinal y comunal de la isla Zapara, Francisco “Piñita” Rodríguez, responsabilizó al gobernador Arias Cárdenas y al alcalde de Almirante Padilla, Idelbrando Rios, de la miseria que se vive en la isla.
“El gobernador Arias no tiene palabra y el alcalde Ríos está más ocupado en perder peso y lucir bien que en resolver los problemas de la población insular. Aquí no llega nada, todo tenemos que buscarlo bachaqueado de Maracaibo o de Colombia. La pesca ha menguado por la inseguridad. Al salir de pesca corremos el peligro de quedar a la deriva por los piratas del lago. Proyectos turísticos para sacar la isla adelante tenemos, pero estamos cansados de hablar con autoridades civiles y militares que no nos presten atención. Esta es la isla del olvido y la pobreza está a la vista de todos”.
En uno de los abastos venden el vasito pequeño con alguna bebida gaseosa para mitigar el calor por 500 bolívares. Allí rememoran que la última vez que vendieron arroz estaba en 800 bolívares el kilo, la harina de maíz en mil 400 bolívares. El agua y el hielo son un lujo, un desodorante y un jabón son considerados diamantes en bruto y los refrescos de 2 litros en botellas plásticas y los snacks parecen ser la única fuente de alimento común para engañar el hambre. Los isleños desesperan.
“Solo en 2 oportunidades las misiones del gobierno trajeron bolsitas de comida para repartirlas casa por casa pero no alcanzó para todos”.
Señalan al alcalde Ildebrando Rios de no atender a la población. “Ni siquiera apareció cuando pasamos casi tres semanas sin electricidad en Zapara”, refiere María Gutiérrez, madre de 4 jóvenes estudiantes que no ven mayor futuro en la isla.
Gutiérrez denunció que constantemente pasan por días enteros sin servicio eléctrico porque la barcaza de gasoil de la alcaldía la utilizan para bachaquear a la vista del propio alcalde Rios que no hace nada por esconder la situación. En horas de la noche todos los habitantes se resguardan en sus casas por temor a ser víctimas del hampa.
“Por las noches nos morimos de calor, de terror y de las picadas de zancudos que son una plaga inclemente por toda la isla. Maduro, Arias Cárdenas y Rios no parecen ser gobernantes que gocen de mucha popularidad en esta pequeña porción del país.
Tapiados por la indolencia chavista
Yumaira Reyes es simpatizante del gobierno y trabaja para la alcaldía. Recibió de Corpozulia una de las 20 casas que prometió construir el presidente Chávez en una de sus visitas a la isla acompañado del general Carlos Martínez Mendoza, actual embajador de Venezuela en Argentina.
Sus tres hijos se encuentran enfermos por los efectos de vivir enterrados en la arena.
Corpozulia junto a la GMVV inauguró la segunda etapa del proyecto contentiva de 5 tetramódulos para un total de 20 viviendas que fueron levantadas sin hacer un estudio de suelos ni de impacto ambiental, por lo que se desconocen los criterios que prevalecieron para que las constructoras contratadas levantar un proyecto sin el mínimo detalle para prever las condiciones por las que podrían pasar una vez entregadas a la población. El proyecto venía con un ambulatorio que están construyendo desde hace 10 años y que aún no han concluido.
La totalidad de las 20 viviendas se encuentran tapiadas ante las montañas de arena de los medanos. Yumaira Reyes pertenece a los Círculos Bolivarianos que exigen al gobierno rendir cuentas sobre los recursos entregados para construir dichas viviendas.
Los afectados deben levantarse desde muy temprano todos los días para sacar la mayor cantidad de arena posible que le permita salir de sus viviendas. La situación mantiene enfermos a niños del lugar. Fuera de la denuncia los consejos comunales de la zona no hacen nada para exigir respuestas a la crítica situación de la que están expuestos varias familias con niños pequeños que beben agua de pozos junto a los animales, ante la carencia absoluta de agua potable.
Bien valdría la pena sacar esta isla del olvido y del ostracismo al que ha sido condenada por sus gobernantes.
@damasojimenez
@fotografobauer