Sin necesidad de tomar un avión que los traslade a Roma y de ahí llegar a El Vaticano, los mexicanos pueden desde el miércoles admirar los frescos de Miguel Angel en una réplica de la Capilla Sixtina instalada en Ciudad de México.
Esta es la primera vez que esta iglesia, construida desde hace más de 500 años, es “exportada”.
A primera vista, todo, incluso el suelo, parece original en la instalación de 27 metros de alto, 78 de largo y 36 de ancho. Sólo los que se aventuran a tocar los muros se dan cuentan de que es una falsa réplica: las paredes de la “capilla”, tapizadas de obras de Miguel Angel, son en realidad simples lonas impresas.
Para reproducir los frescos con semejante exactitud, un equipo de fotógrafos se encerraron en la Capilla Sixtina durante 170 noches. Tomaron imágenes del edificio con todos sus detalles y después las imprimieron en una tela.
“Para todo esto se usaron 2,6 millones de fotografías”, explica Antonio Berumen, director y promotor del proyecto.
La construcción de la capilla original demoró ocho años, mientras que la réplica, erigida en la céntrica Plaza de la República, sólo un mes.
La réplica fue inaugurada la tarde del martes y los primeros visitantes observaban admirados esta perfecta capilla por dentro y fuera.
““Me sentía dentro de la capilla Sixtina en algún momento cuando pasé esta puerta”, comenta el sacerdote Manuel Corral, quien viajó a la capital para la inauguración.
– Acercar la capilla a los mexicanos –
Antonio Berumen tuvo la idea de erigir esta réplica hace dos años, cuando vio a una mexicana octagenaria llorar cuando admiraba la Capilla Sixtina en El Vaticano.
La anciana era de Pachuca (centro) “y nunca había salido de su comunidad”, recuerda.
Berumen pensó en ese momento en todos aquellos que jamás podrán viajar para admirar ese “patrimonio de la humanidad” y se “dio a la tarea” de acercar la capilla a los mexicanos y a México, el segundo país con más católicos en el mundo.
Desde esa fecha, más de un centenar de especialistas mexicanos en diferentes áreas -ingeniería, arquitectura, fotografía, escenografía- trabajaron en el proyecto para crear la réplica.
Uno de los mayores obstáculos a superar fue obtener la autorización de El Vaticano de utilizar la capilla y hacer la réplica. “Los derechos no se dieron a nadie, sino al mismo Vaticano, a su embajada (nunciatura) en México”, explica el director del proyecto.
El financiamiento provino principalmente de dos socios privados que aportaron más de dos millones de dólares, explica Berumen.
El acceso a la capilla será gratuito, pero con reserva previa, hasta el 30 de junio.
Para el secretario general del Museo de El Vaticano, Roberto Romano, presente en la inauguración, el poder admirar este monumento “enriquecerá a las nuevas generaciones y les permitirá entrar en contacto con lo mejor de la cultura universal”.
Es una oportunidad “para la gente que no tiene las posibilidades de ir a Roma a verla”, subraya Fernanda Graue, una capitalina que acudió a admirar la réplica.
Tras su estancia en Ciudad de México, donde es vecina del Monumento a la Revolución, la capilla será desmontada para enseguida recorrer durante tres años los 31 estados que conforman México. AFP