El presidente de Estados Unidos, Barack Obrama, hizo un corto trayecto a través de Washington este viernes para asistir a la ceremonia de graduación de su hija mayor, en la que admitió podría derramar algunas lágrimas.
AFP
Obama bromeó con que la graduación de Malia era el único evento de donde no podía dar orientaciones.
“La escuela de Malia me preguntó si quería hablar al comienzo y les dije que no”, había manifestado en declaraciones a los medios algunas semanas atrás. “Portaré lentes negros… y lloraré”.
Este viernes Obama fue fotografiado por los invitados de la escuela Sidwell Friends justamente usando lentes oscuros, como había anticipado.
Estaba acompañado por la primera dama, Michelle Obama, Malia y su hija mejor, Sasha.
Malia tenía 10 años cuando Obama asumió como presidente, casi ocho años atrás. Ahora espera ingresar a Harvard en 2017, tras unos meses de descanso.
Obama había admitido este año en el programa televisivo de Ellen DeGeneres su tristeza al pensar que su hija pronto dejaría el nido y anticipó que estaría “sollozando” en la ceremonia de graduación.
“Es una de mis mejores amigas. Y será duro para mi no tenerla cerca todo el tiempo. Pero está lista para irse. Se podría decir. Es realmente inteligente, alguien capaz y está lista para hacer su propio camino”, añadió.