El alcalde del municipio Sucre, Carlos Ocariz, inauguró el Centro de Resolución de Conflictos de la parroquia Leoncio Martínez, que funcionará en la Casa del Pueblo de la Gobernación de Miranda, ubicada en la avenida principal de Campo Claro. Este es el segundo espacio que se crea en lo que va de año y pertenece al Programa “Convive y Progresa” a cargo de la Dirección de Desarrollo Social, con el fin de resolver problemas vecinales y propiciar la paz en la comunidad.
Nota de prensa
“Parte importante de vivir en comunidad es vivir los problemas que pueden surgir con un vecino; cuando el sistema judicial no resuelve los conflictos a tiempo pueden surgir inconvenientes que, por muy pequeños que parezcan, crean violencia y afectan la calidad de vida de nuestra gente. Es por esto que estamos abriendo centros de mediación donde van a contar con un juez de paz y así ayudamos a las comunidades a resolver pacíficamente sus conflictos, buscamos lo justo, fortalecemos la convivencia y la justicia de paz”, aseguró Ocariz.
El ayuntamiento hizo una inversión de 600 mil bolívares para el funcionamiento de esta instancia, que atenderá casos de convivencia vecinal, familiar, laboral, de condominio, difamación e injuria, ruidos molestos y convenimiento de pago. Las personas serán atendidas por un conciliador, un guía de convivencia y un asesor legal, desde 8:00am a 12:00pm y de 1:00pm a 4:00pm.
“Este es el segundo centro, el primero fue en Caucagüita y próximamente inauguraremos otro en La Dolorita; el punto de arranque es uno por parroquia para que los vecinos puedan venir y acabar con los problemas comunales. Los invito a todos a dirigirse a nuestras sedes y resolver las situaciones que a simple vista no se pueden solucionar”, expresó el mandatario local.
Los vecinos agradecieron a la Alcaldía de Sucre la iniciativa y manifestaron su deseo de sumarse a trabajar por la paz social. “Esto nos ayudará mucho a resolver conflictos como los que se generan por las filtraciones y la recolección de la basura, además se evitará la confrontación e incluso las agresiones verbales”, afirmó Marjuri Cedeño, habitante de Boleita.