Carlos Colón, Osmel Fuente, Britani Lara, Eduardo Leonera, Gruber Morales y Jenny Ortiz son algunos venezolanos que este año murieron con hambre o intentando acceder a servicios médicos. Sus vidas se fueron en hechos confusos, en medio de protestas, de filas para comprar alimentos y, de acuerdo con testigos, en varios casos a manos de agentes del Estado.
Los titulares de medios como ‘El Nacional’ de Caracas que relatan saqueos, muertes y tragedias son tan comunes ahora como las filas para lograr comprar lo necesario para la manutención del hogar.
Las cifras dan contexto a esta realidad. Según la Encuesta de Condiciones de Vida, realizada por las principales universidades del país, en el 2015 al 87 % de los venezolanos no les alcanzó su sueldo para la comida del mes y el 12,1 % dejó de comer tres veces al día.
Y mientras el Gobierno señala del desabastecimiento a la oposición, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) insiste en que la falta de alimentos se debe a que se necesitan 50.000 millones de dólares para importar y el Estado ni los tiene ni puede producir lo necesario para autoabastecerse.