El regreso de los españoles por la agobiante crisis de Venezuela

El regreso de los españoles por la agobiante crisis de Venezuela

Cola junto al Consulado de España en Caracas - L. V.
Cola junto al Consulado de España en Caracas – L. V.

 

Las gestiones en el Consulado de España en Caracas han aumentado en las últimas semanas de forma proporcional a la agudización de la crisis económica por la escasez de alimentos y medicinas, así como por la inseguridad y la violencia que afecta a los 30 millones de venezolanos. Pero las solicitudes también se han incrementado al acercarse las elecciones generales en España y el interés manifiesto de los 200.000 electores residentes en Venezuela de votar en su mayoría contra Podemos. No quieren, según sus testimonios, que se repita el ejemplo chavista que sufren en carne propia, publica ABC de España.

LUDMILA VINOGRADOFFludmilavino/Corresponsal en Caracas

El Consulado español –situado en la Plaza La Castellana, en el municipio Chacao– es el segundo más activo y demandado después de la delegación diplomática de Estados Unidos. De forma temporal tuvo que suspender hasta nuevo aviso la emisión de visados por superar la capacidad de atender tal cantidad de solicitudes. Los interesados acuden a la Plaza La Castellana a las 6 de la mañana con el objetivo de ser los primeros en la cola para subir a la séptima planta, donde se encuentra el Consulado. Los vigilantes reparten hasta 1.200 numeritos para entrar todos los días, de lunes a viernes.

Los trámites son diversos. Desde la emisión de pasaportes, que cuestan ahora 10.500 bolívares (20 dólares al cambio oficial, poco más de 17 euros), renovaciones, legalización de documentos, solicitud de ayudas económicas, pensiones, visados, permisos de residencia, hasta información sobre cómo votar desde el Consulado.

Esta es la última oleada de emigración después de 17 años de chavismo, que ha empujado a un millón y medio de ciudadanos a exiliarse porque no encuentran su sitio en la Venezuela chavista. Primero fue la hostilidad de Hugo Chávez, que les dijo el célebre váyanse», y ahora la de Nicolás Maduro.

Gloriana Aguirre, de 40 años, es ingeniero informático y tiene la doble nacionalidad. En estos momentos está haciendo los trámites para emigrar a España con su esposo y sus tres hijos. Pueden hospedarse en casa de familiares en Madrid o Barcelona. «Mis dos abuelos españoles murieron en Caracas y nunca pensaron en regresar a la patria que los vio nacer. Hoy tenemos planes de emigrar a España, de cruzar el charco, es como si se repitiera la historia de nuestros abuelos pero al revés».

Esta ingeniero se marcha de Venezuela en busca de oportunidades en España, principalmente para su hijo mayor, de 17 años, que quiere ser médico. «Aquí las universidades son buenas, pero la facultad de medicina no ha abierto nuevos cursos y él quiere ser médico». También explica que quieren dejar el país por su agobiante situación económica: «No conseguimos medicinas para las enfermedades. Es un dolor de cabeza buscar los productos y hacer colas de ocho horas para regresar a casa con las manos vacías».

Pedro García, de 32 años, es administrador y técnico en electrónica. Sus padres son españoles y ya tiene las dos nacionalidades. Todos sus familiares se han ido a Tenerife. «Soy el último en quedarme en Caracas. Me he quedado aquí solo y soltero, pero la situación política y económica no da para quedarse. Aquí no hay libertad como en España, se violan los derechos humanos impunemente, se perdió el Estado de Derecho. Hay muchos motivos para emigrar y ya estoy listo para partir».

Aura Prince, una ama de casa de 56 años, escucha los testimonios de sus vecinos de fila y coincide en los motivos para abandonar Venezuela: la economía y la inseguridad. Ella es venezolana, pero se dispone a viajar a España como turista para cuidar de su hija, que lleva diez años viviendo en ese país y pronto tiene que someterse a una operación quirúrgica. «No podemos vivir así, encerrados como si estuviéramos en una gran prisión. A las dos de la tarde ya me recojo en mi casa por miedo a estar en la calle y que me atraquen», lamenta. Casi cada día hace cuatro horas de cola en los supermercados y, además, no consigue las medicinas que necesita para la hipertensión y el glaucoma. «No hay calidad de vida», concluye.

Gallego

Antonio Velásquez es un gallego nacido en Caracas hace 55 años que va a pedir la baja consular para desplazarse a Orense. «Mi esposa y mi hija de 13 años ya están en España y yo ya he hecho las maletas para viajar pronto allí», señala.

Karina Hincapié, de 27 años, ha conseguido una beca de la Fundación Erasmo Mundo, por lo que se dirigió al Consulado de España en Caracas para arreglar los papeles que le permitan vivir dos años en España, Polonia y Francia. «La beca es una bendición porque la vida en Venezuela es insoportable, ya no se puede vivir aquí por la crisis económica y política», declara.

José Manuel Loimil Cortez, de 64 años, es un jubilado residente en La Coruña que está visitando a unos amigos venezolanos y pretende votar en Caracas. «Veo mucha preocupación por el auge de Podemos y eso es un peligro porque vamos por el mismo camino que el chavismo en Venezuela. La gente de Podemos son doblemente mentirosos porque niegan sus orígenes chavistas», remacha.

Rafael Rincón, empresario y madridista de 63 años, tiene las mismas preocupaciones que su amigo José Manuel: «Tenemos que ayudar a España votando contra Podemos en las elecciones. Iglesias y Monedero recibieron mucho dinero de Chávez y no podemos permitir que hagan lo mismo en España».

 

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