Desde cuando nació como un consorcio de sociedades europeas en 1970, Airbusha conseguido paulatinamente llevar a cabo la difícil tarea de consolidarse en el mercado de la aviación comercial que Boeing, el fabricante estadounidense del mítico avión transcontinental B747 Jumbo, dominaba sin rivales. Pero ahora este duopolio parece tambalearse. Desde Canadá a Rusia, pasando por Brasil, Japón e incluso un país sin tradición en el sector como China, cinco fabricantes están lanzando seis nuevos modelos para competir con esos gigantes. economia.elpais.com
El negocio de la aviación comercial es cosa de dos: el fabricante estadounidense Boeing y la europea Airbus. Pero la supremacía de este reñido duopolio empieza a resquebrajarse con nuevos actores que aspiran a pegar el mayor bocado posible a este suculento mercado. El último en emerger es Irkutsk, que entra en la batalla global de la aviación civil con el MC-21, emblema del renacer de la industria postsoviética.
El bimotor de pasillo único se presentó hace dos semanas en una versión para 165 pasajeros y otra con hasta 211 asientos. En este momento cuentan con únicamente 175 pedidos de aerolíneas rusas y compañías de leasing para sustituir los viejos Tupolev. Los clientes pueden elegir entre dos motores, uno desarrollado por la rusa Aviadvigatel y otro por la estadounidense Pratt & Whitney.
La matriz de Yakovlev tiene una larga trayectoria en el negocio de la aviación militar y suministra componentes al A320 de Airbus, su futuro rival. Pero la aviación comercial es un territorio más bien desconocido para la empresa rusa. El MC-21 empezará a volar a lo largo de este año para realizar las pruebas de certificación, aunque la producción no comenzará hasta dentro de un año como pronto, tras la primera entrega a Aeroflot.
LA FIRMA CHINA COMAC APROVECHA EL MERCADO INTERIOR
China tampoco quiere perder la posibilidad de entrar en este mercado, aunque está empezando de la nada en este negocio tan complejo con dos aviones de COMAC: el ARJ 21, para vuelos internos, y el C919, de medio recorrido. La corporación se fundó en 2008 para responder a la demanda de sus aerolíneas nacionales. Boeing estima que las compañías chinas necesitarán 6.300 nuevos aviones durante las próximas dos décadas, por un valor de un billón de dólares.
El ARJ 21, que cuenta con 350 pedidos, entrará en servicio este año mientras que el C919, con medio millar de unidades en cartera, hará su primer vuelo en 2017 con el objetivo de iniciar la producción en serie en 2020. Aunque como en el avión ruso MC-21 cuenta con un fuerte respaldo público, la tecnología que equipa es occidental, lo que podría hacerlo atractivo para las aerolíneas internacionales.
Los chinos tratan así de replicar el éxito del fabricante de móviles Huawei en el sector de las telecomunicaciones. Pero los continuos retrasos en el desarrollo del C919 están convirtiendo los temores iniciales de la industria en una curiosidad. Para las aerolíneas la competencia es buena, pero si los nuevos fabricantes están en condición de vender aviones que estén a la altura de sus exigencias.
La amenaza potencial rusa, por tanto, es mínima. El A320 cuenta con una cartera de 5.535 pedidos, mientras que el B737 de Boeing acumula 4.363 unidades. Los ejecutivos de Boeing y Airbus señalan que hay espacio para varios fabricantes. Además, desarrollar un avión desde cero es un proceso costoso y de gran complejidad. Por eso, estas firmas optaron por actualizar sus modelos para incorporar los nuevos avances tecnológicos.
El primer B737 MAX se entregará en el tercer trimestre de 2017 a la compañía Southwest, su mayor cliente. La aerolínea alemana Lufthansa recibió el primer A320Neo el pasado mes de enero, que también va equipado con los motores Pratt & Whitney de última generación. El mercado de aviones de pasillo único es la principal fuente de ingresos de estos dos gigantes, y por eso es el más competitivo.
El duopolio, sin embargo, se toma en serio estos movimientos. Hay otros cinco aviones que aspiran también a volar alto en el mercado de las aeronaves de medio recorrido, aunque todavía deben demostrar que pueden ser rivales serios. El mayor competidor potencial es el C-Series de Bombardier, el fabricante canadiense que ya es un actor de peso en el segmento de los vuelos regionales.
El C-Series está diseñado por competir directamente con los dos grandes titanes estadounidense y europeo. Aunque sus ventas no llegan ni de lejos al nivel de Boeing y Airbus, el nuevo avión está logrando un rendimiento envidiable en las pruebas de vuelo. Se presenta en dos variantes y equipa motores Pratt & Whitney. La cartera inicial de pedidos ronda las 300 unidades, incluidos 75 de Delta Airlines. Entrará en servicio este mes de julio.
Irrupción de Bombardier
Aunque Bombardier está registrando pérdidas masivas y retrasos en el desarrollo de este programa, el pedido Delta supone un serio toque de atención a Boeing y Airbus porque significa la aceptación oficial del C-Series en la industria de la aviación civil. Además, la irrupción de este modelo está forzando al duopolio a rebajar el precio del B737 y del A320.
También supuso un revés para Embraer, el tercer fabricante de aviones. El fabricante brasileño aspira a competir en la primera liga de la aviación civil con el E-Jet E2. El avión, en su segunda generación, es una alternativa más pequeña que los bimotores de Boeing y Airbus, donde hay un nicho por explotar. También se equipa con Pratt & Whitney, cuenta con 270 pedidos y entrará en servicio en dos años.
Asia también apuesta fuerte. Además de la china COMAC, que con un fuerte apoyo público está desarrollando los modelos ARJ 21 y C919, Japón renace medio siglo después en la industria de la aviación civil con el MRJ de Mitsubishi. Es un avión que competirá más bien con Embraer, para cubrir vuelos domésticos. Lo relevante es que las aerolíneas niponas son de los clientes más leales de Boeing. La aeronave, que equipa también Pratt & Whitney, cuenta con más de 220 pedidos y entrará en servicio en 2018.