Familias zulianas gastan nueve mil bolívares diarios en comida

Familias zulianas gastan nueve mil bolívares diarios en comida

 Los marabinos señala que el salario no les alcanza para cubrir las trtes comidas en sus hogares. (Foto: Carlos Sosa)
Los marabinos señala que el salario no les alcanza para cubrir las tres comidas en sus hogares. (Foto: Carlos Sosa)

 

Los zulianos hacen su gasto de la alimentación diariamente en la mayoría de los casos. La mensualidad de 15 mil 51 bolívares que recibe el empleado común se vuelve un monto irrisorio comparado a los precios afectados continuamente por los altos niveles de inflación. Para estirar su ingreso, las familias se saltan el desayuno, piden dinero prestado y se privan de comidas básicas para su nutrición, publica La Verdad.

“Del 20 al último empezamos con el estrés. Así es mi vida, día a día prestando, empeñando”, asegura Alis Vergara, ama de casa. Su familia, de cinco personas, consume en el almuerzo “un puñito” de carne molina con verduras y un kilo de arroz que compra por mil 200, por lo que gasta al menos cinco mil bolívares. En la cena, cuatro mil bolívares se les va en arepas con queso y mantequilla. Omiten el desayuno, pues su remuneración no les alcanza para comer tres veces al día.





Otras ocasiones no tienen tanta suerte y aguantan el hambre. “Hay días en los que no hemos comido y a veces voy a casa de unas hermanas a ver qué tienen. No por mí, por los tres niños”, explica Vergara. Se vale de la ayuda de sus amigas, que le prestan anillos para empeñarlos y dinero para abastecer a su familia cuando su pensión se acaba. “No se come bien, ya no compramos frutas, ni nada”, reitera sobre los recortes que tiene que hacerle a su presupuesto.

Las fruterías experimentan esos efectos en sus ventas. Michelle Ruano, vendedora en un comercio del mercado Santa Rosalíam, afirma que las ventas han caído cerca de 70 por ciento en los últimos cinco meses. “Lo que más vendemos es cambur en 600 u 800 bolívares, melón a Bs. 400, lechosa en Bs. 500, que están un poquito más baratos. Igual piden rebajas porque no les alcanza. Hay clientes que hacían compras por 30 mil bolívares y ahora gastan lo mismo pero son cinco cositas”. Agrega que el cierre de las empresas a las que le distribuían el producto es otro factor predominante en la merma.

La crisis ataca también a la familia de ocho personas de Edwin Aguas, carpintero. Su día comienza más tarde para ahorrarse la primera comida. A pesar de contar con los salarios de sus hermanos y su madre, los recursos no son suficientes y se ven obligados a hacer colas en los supermercados con el objetivo de revender los productos o efectuar trueques para comer.

En el día gastan mínimo 12 mil bolívares en un intento de cubrir sus necesidades como antes de este período. De igual manera ya no tienen la posibilidad de adquirir rubros como pasta y granos. Aguas reporta que a pesar de haber llenado la planilla de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) hace un mes a través del consejo comunal Santa Ana Bicentenaria, no ha recibido la bolsa prometida, por lo que se ve obligado a buscar comida revendida. “Yo vivo en Machiques, y como es frontera todo es más caro, un arroz en dos mil bolívares, una leche en cinco mil”.