La religión, como la ciencia y el arte, existe desde el origen de la humanidad y, a diferencia de lo que quisieran algunos modernos ateos fundamentalistas, existirá hasta que el mundo se disuelva, si bien en un futuro la religión, la ciencia y el arte podrían unirse como estuvieron unidos en el principio.
“La ciencia y la religión eran idénticas en el origen, están divididas en su estado actual, y serán unidas de nuevo para retornar a la identidad al final. La religión se ocupa de los valores morales de la existencia; la ciencia de los valores físicos de la existencia”, escribió Manly P. Hall.
1. Principio moral (idea del Bien, shila, virtud, Tao)
La regla de oro o alguna variación que mantiene el mismo espíritu puede encontrarse en todas las religiones y en la mayoría de los códigos legales antiguos. El sentido común es el más precioso de los sentidos ya que es en la mente individual un rasgo o una raíz de la mente original o universal.
El simple observar la naturaleza y las leyes, lo que los budistas llaman el “dharma”, y nuestra propia conducta en relación con el mundo, nos permite descubrir que nuestros actos tienen consecuencias exactamente proporcionales a la intención que las anima, aunque estas consecuencias en ocasiones no sean inmediatamente percibidas por algún obstáculo perceptual.
Asimismo esta observación revela que estamos conectados en una estrecha madeja de interdependencia que llamamos “el mundo” y que todas las cosas se reflejan y afectan, por lo que la compasión no sólo es un acto de amor hacia los demás sino que también lo es hacia uno mismo (no existe diferencia real entre el uno y el otro). Ser consciente de esto es la base sobre la cual se produce todo crecimiento espiritual
2. Principio de purificación (samadhi, concentración)
Los diferentes ritos y gestos, ya sea dentro de la pompa exotérica que domina la religión hoy en día o dentro de las iniciaciones y misterios, son sólo diferentes técnicas para conseguir que los practicantes purifiquen, relajen y exalten su mente y su corazón y puedan acceder a estados de percepción más sutiles o establezcan identidad con lo divino.
Las diferentes religiones en sus aspectos epistemológicos suelen enseñar que para unirse con algo hay que hacerse como eso con lo que uno se quiere unir, es por ello que se traza toda una madeja de correspondencias y afinidades que comprenden disciplinas como la magia, la astrología, la teúrgia, el tantra, el yoga y muchas otras.
Mientras que la ciencia para acceder a la realidad trabaja cada vez más precisos y poderosos aparatos tecnológicos de conocimiento con los que sondea los secretos del cosmos, el filósofo y el místico trabajan su propia mente para igualmente poder acceder al conocimiento de los secretos del cosmos, los cuales consideran que son accesibles a través de la depuración de la percepción, y existen no sólo en los remotos páramos del espacio sino en los límpidos cielos de la mente.
3. Principio de sabiduría/autoconocimiento (gnosis, prajna)
Podríamos entender esto también desde la moderna concepción de la física en la que la información se ha convertido en una realidad más fundamental que la materia misma. El universo como información es también una forma de decir que todo es espacio (auto)cognitivo.
Teorías como las de Roger Penrose y Stuart Hameroff o el trabajo de Henry Stapp sugieren que la conciencia podría ser una característica esencial del universo a nivel cuántico.
“It from bit”, teorizó el genial físico John Wheeler, sugiriendo que las cosas son desdoblamientos que co-emergen del acto de conocerlas, “todas las cosas físicas son teórico-informáticas en origen y este es un universo participatorio”.
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