El profesor de universidad Gudni Johannesson reivindicó este domingo la victoria en las elecciones presidenciales de Islandia, eclipsada por el próximo partido de la selección nacional en la Eurocopa de fútbol.
AFP
“Todavía no se han contado todas las papeletas, pero creo que hemos ganado”, declaró desde su sede de campaña este candidato sin etiqueta política, que cumple el domingo 48 años.
Johannesson cantó victoria tras el recuento de casi un tercio de los votos. Según los últimos datos de la televisión pública RUV, con el 53% del voto escrutado, Johannesson iba en cabeza con el 37,7% de los votos.
A la zaga iba una empresaria, Halla Tomasdottir, también sin filiación política, que sumaba un 29,9% de votos según esos resultados parciales.
Entre los nueve candidatos que competían por la sucesión de Olafur Ragnar Grimsson, presidente desde hace veinte años, los sondeos dieron en todo momento como favorito a Johannesson, profesor universitario de Historia.
Los últimos días de campaña estuvieron eclipsados por los éxitos del equipo nacional de fútbol, que se clasificó para octavos de final por primera vez en la historia y jugará contra Inglaterra el lunes.
Prueba de ello, cuando la AFP le preguntó este sábado en el momento de votar lo que haría una vez electo, Johannesson respondió: “la primera cosa, los más importante, es viajar a Francia el lunes para ver a Islandia jugar contra Inglaterra”.
El referéndum en el que el Reino Unido decidió dejar la Unión Europea también ha dado mucho que hablar en un país que quiso ingresar en el bloque para luego renunciar.
Gudni Johannesson, que estudió en Oxford y se doctoró en la Universidad Queen Mary de Londres, decidió presentarse a la elección presidencial tras estallar el escándalo de los papeles de Panamá.
El escándalo reveló en abril pasado que el primer ministro, Sigmundur David Gunnlaugsson, tenía, como muchos de sus compatriotas, dinero en paraísos fiscales.
La indignación pública y varias manifestaciones masivas obligaron a Gunnlaugsson a renunciar.
Johannesson no está afiliado a ningún partido y su programa se centra en modernizar las instituciones, permitiendo entre otras cosas referendos de iniciativa popular.
Según los resultados parciales, esta presidencial fue un fiasco para el ex primer ministro conservador (1991-2004) y ex gobernador del banco central (2005-2009) David Oddsson, al que muchos electores relacionan con la crisis financiera que barrió el país en 2008. Con un 13,2%, Oddsson figuraba en cuarta posición, detrás del escritor Andri Snaer Magnason (14,1%).
Euforia nacional
Como la mayoría de los votantes, Johannesson mantiene una posición hostil a una adhesión de Islandia a la UE.
En 2015, el país retiró su candidatura, depositada en 2009, después de negociaciones poco fructuosas y la vuelta al escenario político del euroescéptico centro derecha.
Pero la UE no fue uno de los temas centrales en la campaña. La atención giró en torno al favorito, que evitó las polémicas a pesar de los ataques del experimentado Oddsson, según Gretar Eythorsson, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Akureyri.
La votación tuvo lugar en medio de una atmósfera de euforia nacional. El turismo está viento en popa y la economía registra pleno empleo y aumento del poder adquisitivo. Las crisis que sacuden el resto de Europa (desigualdades, auge de los populismos, crispación por los refugiados) parecen lejanas.
Pero sobre todo, la victoria en la Eurocopa de la selección nacional contra Austria el jueves (2-1) ha dejado en segundo plano las cuestiones más difíciles, como la necesaria renovación de la clase política de este país de 334.000 habitantes.
Unos 10.000 han viajado para ver la competición en Francia, donde Islandia instaló oficinas de voto, una de ellas para sus futbolistas.
Tras estas elecciones, en otoño se celebrarán las legislativas, debido al escándalo de los papeles de Panamá, en las que los sondeos dan como favorito al Partido Pirata, formación que milita por una modernización radical de la vida política.