Por Freya Mendoza para lapatilla.com
Mucho ha cambiado en Venezuela desde las marchas estudiantiles de 2007. En la última década, más de un millón de compatriotas ha emigrado en busca de infinitas cosas que aquí escasean, como el futuro. Sin embargo, luego de estudiar y trabajar en New York y Madrid, con dos hijos y no pocas canas, se sienta frente a mí un Yon Goicoechea que ha decidido regresar al país. Es ahora un treintón de semblante áspero e inteligente. Me invita un café, el cual asegura haber traído en la maleta y empieza a hablar incluso antes de que se le pregunte. Asegura que, como él, millones regresarán al país.
¿Cómo encontraste a Venezuela?
Lista para cambiar. Es muy doloroso lo que está pasando. Desde afuera se conoce perfectamente la situación, pero una cosa es leerlo y otra vivirlo. Hace unos días, estaba comprando una línea de celular y la vendedora me reconoció y me dijo: “tú no sabes el hambre que he pasado yo aquí sentada”. La mujer me impactó mucho y contuve las lágrimas, que no sé si eran de rabia o de tristeza. No es justo que el que trabaje no tenga pan.
Pero algunos sienten que la oposición tampoco ha emprendido acciones concretas para sacar al país de la crisis…
La oposición se arriesga todos los días, exponiéndose a cárcel, persecución y muerte por salvar a Venezuela. Es completamente injusto decir que no se hace nada, cuando los avances son evidentes. Pero la MUD sólo controla la AN y ésta es diariamente torpedeada y bloqueada desde el TSJ. Además la AN no tiene competencia ejecutiva, es decir, la Constitución no le permite importar comida, comprar insumos médicos para hospitales o crear una policía efectiva contra el hampa. Necesitamos llegar a Miraflores para acabar con este desastre. No hay otro camino.
¿Entonces el único camino es el revocatorio? ¿Se podrá lograr antes de que termine el año?
No sé si habrá referendo en 2016, pero vengo a dar lo mejor de mí para que así sea. Ahora bien, mi esperanza en Venezuela no depende del revocatorio. Sabemos a quienes estamos enfrentando y estamos dispuestos a luchar por el tiempo que sea necesario. Luchar en la universidad, en los barrios, en los centros electorales, en la calle y en todos los terrenos, con toda nuestra capacidad y con la voluntad firme de vencer la dictadura. El objetivo está claro: la democracia a toda costa. La democracia venciendo el terror y el hambre, porque sin libertad no hay ser humano, ni mucho menos desarrollo. Si no lo hacemos, no sobrevivirá nuestra cultura, borrarán de la memoria lo que hemos sido y perecerá el orgullo de ser venezolano, que ha pasado de padres a hijos por siglos. Eso no va a ocurrir y para ello asumo mi responsabilidad con mi país, independientemente del revocatorio.
¿Por qué se fue Yon Goicoechea, en quien muchos habían depositado esperanzas?
En 2007 yo tenía 22 años y me cayó la política encima, como un edificio. Con un esfuerzo inmenso y muchos sacrificios personales de miles de estudiantes, logramos infringirle la única derrota electoral que sufrió Hugo Chávez en vida. Pero a esa edad yo no estaba listo para cubrir las expectativas que se ciñeron sobre mí, ahora lo entiendo.
En 2013, se me presentó la oportunidad de estudiar en Columbia University, que es de las mejores universidades del mundo. Fue una decisión difícil, porque sabía que podía defraudar a muchos, pero decidí irme a aprender. Creo que fue la decisión correcta, porque ahora tengo mucho más que ofrecer a mi país. Estoy listo y capacitado para participar en la conducción y reconstrucción de nuestro Venezuela.
Pero en estos años ha ocurrido de todo, muertos, presos y perseguidos. Mientras eso ocurría tú estabas fuera ¿Y si la gente no te cree por haberte ido?
Entonces que me crean por que regresé justo ahora, cuando muchos de los que critican se quieren ir. No se puede ver la política desde la inmediatez, el esfuerzo y el sacrificio que se ha hecho en estos dos años yo lo hice en mi momento y antes de mí lo hicieron otros. La credibilidad no puede estar vinculada a lo inmediato porque entonces seremos siempre un país sin memoria y eso es peligrosísimo. Yo puedo decirle a quien sea que me lo pregunte que sí he contribuido con mi país. No me voy a dejar arrinconar porque me fui a estudiar, porque fue lo correcto. Lamentablemente, el país empeoró mucho en ese tiempo, pero no precisamente por nosotros sino por el gobierno decadente y corrupto. Además ¿le vamos a decir lo mismo a los millones de venezolanos talentosos que están afuera y que necesitamos para el desarrollo del país?
¿Y cómo se consigue ese desarrollo con un grado de descomposición social tan avanzado?
No hay magia y sabemos los que hay que hacer. Para tener seguridad hay que recuperar el poder judicial, la fiscalía, el sistema penitenciario y la policía. Requerimos un plan de choque contra el hampa, no es sólo un asunto de inclusión, aquí tiene que haber castigo inmediato al crimen. Lo de la economía es duro, pero se ha logrado en otros países. Hay que abrirnos a la economía moderna, liberar los controles de cambio, reconstruir el sector petrolero y pedir préstamo al FMI para que durante ese proceso de ajuste el pueblo no pase hambre. A cambio, tendremos que controlar de déficit fiscal, pero no a costa de la inversión pública sino del gasto. Ahora, lo principal para desarrollar a Venezuela es que haya democracia y Estado de Derecho, para que el mundo sepa que vale la pena invertir, producir y creer en esta tierra y en este pueblo.
Por último ¿Tu regresas porque eres político, pero regresará tanta gente que se nos ha ido y que no tiene las mismas ambiciones que tú?
Yo no regreso porque soy político sino porque soy venezolano y no quiero ser un extranjero el resto de mi vida. Eso lo entiende bien el que ha vivido fuera. No todos van a regresar, porque la gente hace su vida, se casa, tiene hijos y de poco se va quedando. Es lógico. Pero hay gente a la que no se le cura la nostalgia, venezolanos no sólo por origen sino por destino. De todos los compatriotas que conocí estando fuera, te puedo decir que la mayoría sueña con este país todos los días. Se fueron para abrirse camino pero volverán. Yo regresé y regresarán millones, porque Venezuela tiene futuro. No seremos como beduinos en el desierto del mundo, criando hijos sin abuelos y viviendo sin arraigo. A todos los venezolanos que hoy están tristes tan lejos de sus recuerdos, les digo que es mentira que Venezuela se acabó. Aquí está esta gran nación plantada, resistiendo, inamovible e invencible. Los esperamos con los brazos abiertos. (lapatilla.com)