La Asamblea General de la ONU elegirá mañana a cinco nuevos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, países que a partir del próximo año reemplazarán a España, Venezuela, Nueva Zelanda, Malasia y Angola en el máximo órgano de decisión de la organización.
EFE
Por Latinoamérica, Bolivia ocupará a priori el asiento que deja Venezuela, pues llega a la votación sin oposición de otros países de la región.
Lo mismo ocurre en el caso de África, donde Etiopía tiene vía libre para hacerse con el sitio que en los dos últimos años ha correspondido a Angola.
En el resto, sin embargo, hay competencia: Kazajistán y Tailandia compiten por la plaza que corresponde a la región de Asia-Pacífico, mientras que Italia, Holanda y Suecia pugnan por los dos asientos abiertos para el grupo de Europa Occidental y otros países.
Para resultar elegido, un candidato debe recibir al menos el apoyo de dos tercios de los Estados que participen en la votación, incluso cuando no tiene un rival dentro de su grupo regional.
Así, si toman parte en la elección los 193 miembros de la ONU, un país necesita alcanzar 129 votos para entrar al Consejo de Seguridad.
Los elegidos se sentarán en este órgano durante un periodo de dos años a partir del próximo enero, junto a otros cinco miembros no permanentes (asientos que durante 2017 seguirán ocupando Egipto, Japón, Senegal, Ucrania y Uruguay) y a las cinco potencias con plaza fija (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido).
Con la excepción de Kazajistán, todos los aspirantes han sido en el pasado miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, con países como Italia, que han pasado hasta en seis ocasiones por este órgano.
De imponerse a Tailandia, Kazajistán se convertirá en la primera antigua república soviética de Asia Central que ocupa este puesto.
Entre los argumentos kazajos destaca su liderazgo en materia de seguridad nuclear, tras haber desmantelado su gran arsenal atómico después del colapso de la Unión Soviética y como impulsor de una Zona Libre de Armas Nucleares en Asia Central.
Bolivia, por su parte, regresará al máximo órgano de decisión de Naciones Unidas por primera vez desde el bienio 1978-1979 y tras haber sido miembro no permanente también entre 1964 y 1965.
El Gobierno de Evo Morales se ha mostrado en los últimos años muy crítico con el papel del Consejo de Seguridad en la resolución de conflictos, pero también ha sido muy activo en su trabajo con Naciones Unidas en diversos ámbitos como el medioambiente.
Este año, las elecciones al Consejo de Seguridad se celebran por primera vez en junio, un adelanto de varios meses con respecto de la práctica habitual, con el fin de dar más tiempo a los nuevos miembros para prepararse.