El órgano encargado de facilitar su realización hizo lo imposible por dificultarla, empleando todo tipo de argucias y artimañas, impuso horario de oficina, aplicó operación morrocoy, los centros de validación fueron situados en lugares inversamente proporcional al número de electores. Millares de personas hicieron colas y soportaron estoicamente durante horas sol y lluvia, muchísimas de ellas no pudieron cumplir con el cometido de refrendar con su huella.
Notable diferencia con el método supuestamente empleado para verificar la firmas que recolectó el oficialismo contra el decreto Obama, en apenas un par de días presuntamente verificaron diez millones de firmas.
La Mesa de la Unidad democrática consignó un millón novecientos cincuenta mil rubricas colectadas en muy breve tiempo, de las cuales nos eliminaron seiscientas mil, de tal manera que fueron a validación un millón trescientos cincuenta mil, se requería el uno por ciento (un poco menos de doscientas mil) en cinco días de la pasada semana, pese a todas las maniobras aviesas y obstáculos estrafalarios más de cuatrocientos mil venezolanos validaron colocando sus huellas, superando el doble de lo requerido en las “normas sobrevenidas”.
Al margen de estos señalamientos numéricos, lo cierto es que después de ese complejo y abigarrado proceso, el CNE pretende emplear veinte días hábiles para validar la validación. Nuestras exigencias de acortar los plazos para posibilitar la realización del referéndum debe mantenerse e intensificarse, la presión y la lucha democrática debe continuar manifestándose para derrotar los artilugios y las artimañas del adversario.
Sin el menor recato las damas del organismo electoral inventaron unas normas cuyo verdadero propósito es retardar al máximo posible los pasos para la convocatoria del referéndum revocatorio. No es casual que tal determinación este en consonancia con el objetivo del gobierno, ya ni siquiera guardan las apariencias. Su prosternación al ejecutivo no les avergüenza.
Procesos que podrían simplificarse y realizarse abreviando procedimientos innecesarios, solo persiguen alargarse con la finalidad de prorrogar los lapsos para la realización del revocatorio.
Las fuerzas democráticas y la ciudadanía han protagonizado recientemente jornadas verdaderamente memorables, superando todas las expectativas incluso las del gobierno y el oficialismo que fueron tomados por sorpresa, por lo que han eludido referirse a tales jornadas. El discurso gubernamental se ha concentrado en los últimos días en presentar como un éxito la reciente reunión de la OEA, ignorando la odisea opositora y pretendiendo revertir la derrotada propuesta del gobierno de no discutir el tema de Venezuela y que fue derrotada 12 contra 8 en -esta sí- en una extrañísima operación numérica, donde para ellos ocho resultó mayor que doce. Operación de la cual se hizo eco un titular de primera página el diario oficialista Últimas Noticias.
Las colas para firmar y luego validar (a Jackeline no le parecieron “sabrosas” )han demostrado una decidida voluntad de los venezolanos en la búsqueda de alternativas a la grave crisis que confrontamos, en esa dirección existe una disposición de enfrentar y vencer todas las dificultades y obstáculos que interponga el gobierno y sus instrumentos; expresa también una firme convicción de resolver la aguda controversia por mecanismos democráticos, constitucionales y pacíficos. Las fuerzas políticas democráticas agrupadas en la MUD, han realizado una justa lectura de la coyuntura, de sus riesgos , posibilidades, del estado de ánimo, disposición y voluntad de la mayoría. Por ello ha podido conducirse con acierto y tiene las posibilidades reales de continuar por una senda que nos conduzca a la victoria.