Frente a esta grave crisis política, económica, social y moral, jamás vivida en nuestro país, aún incluso en épocas de barbarie; los venezolanos nos hemos planteado en el marco de la legalidad y de la Constitución Nacional, la activación del Referéndum Revocatorio como una salida a esta tragedia nacional, y a un gobierno que a pesar de haber manejado nada más y nada menos que la bicoca de 1 Billón Ochocientos Mil Millones de Dólares, y de haber manejado las instituciones del Estado a su antojo y a conveniencia, nos tienen sumergidos en la ruina, en la miseria y en la quiebra total.
Hemos escogido un rumbo democrático para emprender ese cambio exigido por un pueblo cansado y desvalido de tanto ultraje y violación a sus derechos fundamentales como venezolanos. Avalados en el artículo 72 de nuestra Constitución Nacional, hemos colocado en el tapete del acontecer nacional, este mecanismo legal para que sea el pueblo quien decida sí Nicolás Maduro debe permanecer en el poder, o por el contrario, si debe salir de manera inmediata antes de que los daños a la nación, sean totalmente irreversibles. Para que no quede duda alguna de un proceder apegado a derecho, procedo a citar el contenido de este fundamento constitucional que reza así. “Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción, podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato…”.
Pues bien, resulta evidente para el país y el conglomerado mundial, que la gestión de Nicolás Maduro en la Presidencia de la República, ha significado una involución total en todos los sectores de la vida nacional, y ha sido un atentado contra la salud pública de nuestra patria, porque derechos fundamentales y elementales para cualquier nación, como son la alimentación y la salud, han sufrido los peores embates de un gobierno corrupto, inepto e inmoral, que no sólo juega con el hambre de un pueblo sino con su vida.
No obstante, Nicolás Maduro a sabiendas de que estamos actuando apegados a la Constitución Nacional, y que no tiene pueblo ni cuartel que le respalde en cualquier experimento fuera del marco jurídico y legal, utiliza las Fuerzas del Estado para tratar de desviar el curso y la voluntad de un pueblo. Es decir, utiliza el CNE para colocar todas las trabas posibles para que el revocatorio no se dé; utiliza al TSJ para interpretar a conveniencia nuestra Carta Magna, y lo peor, utiliza a la FANB, para atacar a un país ávido de cambio y totalmente desarmado.
Ha llegado la hora de que la FANB, por cierto constituida por una gran mayoría de hombres y mujeres, honestos, valientes y al servicios del país, diga de qué lado se encuentran. Si del lado de la Constitución Nacional, del juramento militar y del pueblo; o del lado de un gobierno forajido, corrupto, violento, hambreador y con actuaciones en materia de narcotráfico de funcionarios de altísimo rango, que por cierto, la justicia venezolana, se ha negado a investigar.
No se trata de que estén del lado de la derecha o de la izquierda, no se trata de una parcialidad política, es menester que se definan porque de esta manera estarían pasando a la historia, como los defensores del pueblo y su constitución, o como los verdugos cómplices y cobardes que accionan sus armas contra ese pueblo.
En momentos tan cruciales para el futuro democrático de nuestro país, cuando el gobierno de Nicolás Maduro acentúa los síntomas de no respetar la Constitución Nacional, ni los derechos políticos de la sociedad en su conjunto, y cuando utiliza voces totalmente descalificadas y empantanadas del gobierno, dispuestos a disolver a la Asamblea Nacional y llevarse a su paso el estado de derecho y la institucionalidad de los poderes, es cuando el pueblo venezolano exige una posición clara y firme por parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Ha llegado la hora de las definiciones, o se está con la Constitución Nacional y el pueblo, o se está del lado de un gobierno corrupto, forajido, cleptócrata, inmoral e ineficiente. FANB, llegó la hora de que le digan al país y al mundo, de qué lado inclinan su código de ética y su honor militar.
Ismael García
Diputado a la Asamblea Nacional
PJ- Unidad Democrática
@ismaelprogreso