“Este año ha sido el más difícil. La situación ha empeorado de marzo para acá. Antes, se vendía casi todos los días. Ya no”, cuenta la dueña de un puesto de ropa Los comerciantes reportan que las ventas han disminuido significativamente. El salario de los venezolanos solo alcanza para “medio comer” y el impacto se refleja en los comerciantes de productos no alimenticios que registran caídas en sus ventas. Así lo reseña laverdad.com /Lenys Moreno
“La gente ya no compra ropa como antes. Todo es para comida. Yo duro hasta dos semanas sin vender ni una sola prenda de vestir, y cuando vendo, lo que sale es entre una y tres piezas al día. A cada pieza, le gano como mil bolívares”, dijo Minerva Alemán, vendedora de ropa para dama en la Plaza Baralt de Maracaibo.
La mujer dijo que “prácticamente” trabajan a pérdidas si sacan los gastos en comida, pasajes y el resguardo de la mercancía. Su testimonio se repite entre los buhoneros y locales formales. A diario gastan alrededor de cuatro mil bolívares entre desayuno, almuerzo y pasajes. Maryory González, también vendedora de ropa femenina, ya no puede pagarle a una empleada.
Se ve obligada a atender personalmente su negocio. Las prendas que vende van desde Bs. tres mil 500 hasta Bs. siete mil. “Paso hasta 15 días sin vender nada. Cuando vendo, sale un máximo de tres piezas al día. Este año ha sido el más difícil. La situación ha empeorado de marzo para acá. Antes, se vendía casi todos los días. Ya no”.
En un movimiento normal del mercado, el flujo de la mercancía es constante. La salida del inventario se repone rápidamente con el capital entrante, pero actualmente el estancamiento mantiene en vilo a los mercaderes.
“Ya no es igual. En mi caso, solamente gano como 20 mil bolívares al mes. Lo que pasa es que la gente agarra plata y en lo primero que piensa es en comida. Antes, yo tenía como 10 ventas al día, ahora duro varios días sin vender nada”, dijo Héctor González, vendedor de lentes, monederos y carteras para caballeros. Walter Tres Palacios ofrece una “ganga”.
Tiene pares de zapatos a mil bolívares. Es empleado y por eso tiene su paga segura: Ocho mil semanal. “Ayer vendí 16 pares, pero hoy solamente he vendido dos. A pesar de que son tan baratos, hoy no he vendido mucho”.